Los orígenes de la gimnasia en España

Hasta el 11 de febrero de 2018, tendrá lugar esta exposición en la que parte de la muestra es de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) de la UPM.

21.12.17

El Museo Cerralbo acoge la exposición “El conde de Villalobos. Los orígenes de la gimnasia en España” cuyo propósito es reivindicar la figura de Francisco de Aguilera y dar a conocer sus aportaciones al campo de lo que hoy modernamente conocemos como Educación Física.
La exposición recoge muestras procedentes, entre otras instituciones, de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid, Patrimonio Nacional, la Biblioteca Nacional de España o el Museo del Ejército. Además, se ha contado con la colaboración del coleccionista Alberto Rivas de Hoyos, particular que ha aportado un interesante fondo documental inédito hasta el momento.

La primera sección de la exposición se centra en los orígenes de la gimnasia moderna, conectados con el mundo militar, la práctica de la medicina y el espectáculo circense. Pueden admirarse aquí ediciones de los más importantes libros sobre gimnasia europea desde el siglo XVI, así como ejemplos de lo que suponía la actividad física como espectáculo.

Como han puesto de relieve las investigaciones de los comisarios científicos de esta muestra, Ángel Mayoral y Manuel Hernández, ambos profesores de la Universidad Politécnica de Madrid y con una dilatada carrera como investigadores, las propuestas del conde de Villalobos fueron muy avanzadas para su época.

En la muestra se podrá admirar la recreación del escritorio de Villalobos, con parte de su biblioteca original, y también una reproducción a pequeña escala del denominado pórtico amorosiano, que incluía anillas, escalas, cuerdas, escaleras horizontales y una percha para trepar. Del resto de los curiosos aparatos gimnásticos, algunos proceden de los antiguos Gimnasios Reales, mientras que los cedidos por el INEF de la Universidad Politécnica de Madrid pertenecieron a un gimnasio segoviano de la última década del siglo XIX, estando en plena consonancia con los aparatos usados en vida de Villalobos.

Su aportación científica queda recogida gracias a los documentos históricos que nos hablan de los aparatos gimnásticos de su invención, que se estaba preparando para distribuir comercialmente, y su destacado papel en la Exposición Universal de París de 1867, por el que fue galardonado con una medalla de bronce que recibiría a título póstumo, debido a su prematuro fallecimiento.

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