De las ondas hercianas al podcast. Reflexiones en el Día Mundial de la Radio

El Día Mundial de la Radio puede ser la excusa perfecta para hablar de la trascendencia del medio, de la importancia del desarrollo de las tecnologías y los sistemas de telecomunicación, la labor social, educativa,… Sólo tres pinceladas de una visión particular y por tanto incompleta sobre la radio.

13.02.20

Por Amador González Crespo*

La verdad es que es fácil mezclar los distintos sentidos de la palabra radio y no quiero privarme de hacerlo, voy a jugar a la confusión no separando la radio-aparato de la radio-medio de comunicación.

Muy pocos inventos han contribuido más a cambiar los hábitos de nuestra especie. Desde que sabemos cómo enviar la voz por medio de ondas hercianas hemos pasado de relacionarnos de manera inmediata a distancias de cientos de metros a tener conversaciones con otros en cualquier parte del planeta (y más allá). Este año es quizás especialmente adecuado para hablar de la transmisión de la palabra ya que es el Año Internacional del Sonido.

Cómo empezó todo. Esta historia está muy manida, así que me saltaré que J.C. Maxwell descubrió que las ondas electromagnéticas eran una solución natural de sus ecuaciones del electromagnetismo, que H.R. Hertz consiguió demostrar que se podían generar y recibir esas ondas y las disputas entre N. Tesla y G. Marconi por convencer a los gestores de patentes de quien había conseguido antes demostrar que se podía enviar información usando esas ondas, ahora llamadas hercianas.

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Hay una historia, para mi gusto muy poco conocida, sobre la primera comunicación sin hilos de voz en España. Se debe al físico, ingeniero y militar Julio Cervera Baviera, que en el temprano año de 1902 logró comunicar Jávea con Ibiza. Cervera no es sino uno de esos muchos egregios desconocidos que ha dado este país.

Pero volviendo a la radio como medio nos situamos en los años veinte, caramba ya ha pasado un siglo, en el que empiezan a aparecer las emisoras de radiodifusión y con ellas las distancias se acortan. A partir de entonces podemos ser espectadores directos de todo lo que pasa en el mundo, caramba sólo ha pasado un siglo.

Pero todo eso no es lo más importante. Cuando recuerdo a mis abuelos en el pueblo recuerdo esa radio de válvulas que tardaba minutos en calentarse y encenderse. Con ella llegaba hasta aquel remoto rincón de la Alcarria “el parte”, la música popular, la música clásica, el teatro, el futbol, los toros, los viajes a lugares remotos y eso hacía que la vida de mis abuelos fuera diferente a la de sus padres y abuelos y todos los demás seres humanos que habían poblado esas tierras. Los pueblos españoles que no habían cambiado casi en los últimos tres mil años cambiaron en 30 años.

Para las mujeres del campo, la radio aún supuso un cambio mayor. Los hombres acudían a ferias, hacían trámites en la ciudad o hacían la mili fuera del pueblo. Para las mujeres, la radio se convirtió en una ventana al mundo que las acompañaba y en la que podían oír la voz de otras mujeres.

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La radio fue el mayor vehículo de modernización de España hasta que la televisión fue tomando el relevo.

El último punto en el que me detendré es el presente. La radio ha sido dada por muerta ya varias veces (¿recordamos Video killed the radio star de The Buggles? Los más jóvenes lo pueden buscar en internet) Precisamente parecía que la televisión primero y luego internet iban a dejar obsoleto este medio. 
De momento la radio nos sigue acompañando cuando necesitamos la vista para hacer otra cosa e internet nos sirve para poder oír la radio en cualquier lugar y en cualquier momento. Si hoy no puedo escuchar en directo mi programa favorito, por ejemplo, el de Radio Clásica en el que mi compañero Antonio Pedrero estará hablando del sonido y del silencio, no tengo ningún problema en recuperarlo y oírlo cuando pueda y todas las veces que quiera. También tenemos nuevos formatos de radio que paradójicamente usan internet como vehículo, como nuestra Radio Campus Sur.

 

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Y, ahora que caigo, estoy leyendo esto que escribo en un aparato que también uso como teléfono, donde me copio los programas de radio que oír, o volver a oír. Me conecto con él a internet y me descargo los viejos radioteatros que escuchaban mis abuelos. Este aparato se comunica usando las mismas ondas hercianas que Julio Cervera utilizó para conectar Jávea con Ibiza.

Imágenes:

- Radio Telefunken Sonata U1625-b (1956),colección particular. Amador M. González.
- Portada de “Telec@s en los dos extremos del cable”. Ruth Maicas.

 

 *Profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Sistemas de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid.