Banco de Germoplasma de la UPM, 50 años conservando la biodiversidad

Desde su creación hace 50 años, el Banco de Germoplasma de la UPM conserva material genético de un valor incalculable. Es el primero que empezó a funcionar en España y el primero en el mundo que conservó semillas de especies silvestres.


30.05.16

La importancia del Banco de Germoplasma César Gómez Campo de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) es plenamente reconocida a nivel internacional. Ubicado en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas, alberga semillas procedentes de más de 30 países y  conserva más de 4.000 muestras de simientes, correspondientes a 86 familias, unas cifras que hacen incalculable el valor del material genético que en él se conserva.

Este curso, cuando alcanza 50 años de existencia, el Banco de Germoplasma de la UPM ha estrenado instalaciones renovadas, con una modernizada distribución de sus laboratorios y cámaras de conservación. Su director es el catedrático César Pérez Ruiz, investigador con gran experiencia en el campo de la conservación vegetal y muchos años de trabajo que le llevaron hasta las islas Galápagos, para implementar en la Estación Científica Charles Darwin el Banco de Germoplasma Vegetal y proteger su flora endémica.




Cesar Pérez Ruiz, director del Banco de Germoplasma de la UPM.



Pregunta. El valor del material genético conservado en las instalaciones del Banco de Germoplasma de la UPM es extraordinario. ¿Qué papel desarrolla como promotor de la conservación  de la biodiversidad?

Respuesta. El Banco de Germoplasma de la UPM nació en 1966. Es pionero y referente en muchas áreas. Por ejemplo, es el primer banco de semillas que empezó a funcionar en España y el primero en el mundo que conservó semillas de especies silvestres. El valor del material genético que en él conservamos es incalculable. Se ha utilizado y utiliza para investigación básica y aplicada en todo el mundo y ha permitido importantísimos avances. El banco ha enviado semillas a numerosos investigadores de todo el mundo (EE UU, Canadá, Reino Unido, Japón, India) que han utilizado el material para estudios de taxonomía, domesticación, evolución,  mejora...

     Por citar un ejemplo significativo, en 1998 se transfirió al brécol un gen de una de nuestras accesiones silvestres que multiplica por treinta el efecto carcinostático (antitumoral) de esta hortaliza. Solo esto podría ser suficiente para justificar la labor del banco en sus cincuenta años de existencia. 

     Otro ejemplo ilustrativo es el caso de Diplotaxis siettiana. En 1974 se recolectaron semillas de esta crucífera endémica de la isla de Alborán. Poco después, la especie se extinguió en la naturaleza. Gracias a la existencia de semillas en nuestro banco, se ha podido reintroducir esta especie evitando su desaparición.

     Junto al valor del propio germoplasma, también cabe destacar el método de conservación que desarrolló el profesor Gómez Campo, de quien nuestro banco lleva el nombre, y que hoy en día se aplica en numerosos e importantes bancos de germoplasma.



Hay muchos bancos de germoplasma en el mundo
‘hijos’ del Banco de la UPM.

 

     Otra función destacada es el continuado papel que ha jugado en la promoción y asesoramiento de otros bancos. Hay muchos bancos, dentro y fuera de nuestras fronteras, que pueden considerarse hijos del banco de la UPM. También son numerosos los expertos y responsables de conservación que se han formado con nosotros, realizado sus tesis, estancias, participado en talleres, etcétera.

P. ¿Cuáles son los objetivos del banco?

R. Debemos conservar las colecciones y continuar con nuestra labor docente e investigadora relacionada con los recursos fitogenéticos. Como ejemplos concretos de próximos objetivos, pretendemos recoger la mayor diversidad genética posible de todas las crucíferas presentes en España y caracterizar ecogeográficamente la colección para identificar muestras potencialmente adaptadas a condiciones de estrés abiótico.

     También queremos ampliar la representación de especies silvestres emparentadas con los principales cultivos de nuestro entorno. Además, formamos parte activa de redes nacionales e internacionales relacionadas con la conservación de la biodiversidad y seguimos asesorando a instituciones, formando expertos y promoviendo proyectos de conservación, sobre todo en América Latina.




Proceso de encapsulación de las muestras de semillas. Se guardan desecadas con un indicador de gel de sílice y en tubos de vidrio cerrados herméticamente a la llama.



P. ¿Cómo es su funcionamiento?

R. Principalmente, es un banco de semillas. Aquí se conservan las muestras de semillas encapsuladas y en condiciones de baja humedad y baja temperatura para garantizar su supervivencia durante muchas décadas. También se conservan otro tipo de propágulos utilizando técnicas de cultivo in vitro. Además, se adquiere y conserva la mayor cantidad de información asociada a las muestras conservadas con objeto de caracterizar los diferentes genotipos, para que puedan ser útiles como fuente de genes en programas de mejora o como material de estudio con otros fines.

     Por decirlo de forma muy resumida, el funcionamiento del banco requiere de las etapas de recolección de semillas, estudio y caracterización, limpieza y preparación del material, conservación en cámaras, regeneración  cuando es preciso de las muestras, documentación e intercambio del germoplasma con otras instituciones. Hay varias líneas de investigación asociadas a estos fines como las relacionadas con el uso de marcadores de ADN, la aplicación de técnicas de conservación in vitro, crioconservación, y aplicación de sistemas de información geográfica, entre otras.

P. ¿Cómo se conservan y mantienen las semillas?

R. Una vez limpias las semillas, se ponen a desecar en una cámara con gel de sílice. Cuando alcanzan un contenido de humedad inferior al 5% se guardan en ampollas de vidrio cerradas a la llama con gel de sílice en su interior, con lo cual se asegura una hermeticidad perfecta. Finalmente, las ampollas se almacenan en una cámara frigorífica a 18 grados bajo cero. Siguiendo estos métodos, las pruebas de germinación realizadas a los 25, 30 y 40 años con el material más antiguo han dado resultados plenamente satisfactorios.



El banco conserva semillas procedentes de más de 30 países.



P. ¿Cuáles son las semillas más valiosas?

R. En el Banco de Germoplasma de la UPM hay semillas procedentes de más de 30 países. De ellas destacan dos colecciones. Una, con 1.467 entradas de especies, la colección más importante del mundo de la familia de las crucíferas, y otra, de especies endémicas amenazadas de la península ibérica y la región macaronésica (Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde). De esta última colección se conservan 84 especies incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (BOE 23-2-2011), 299 especies incluidas en la Lista Roja de la Flora Vascular Española y un total de  323 especies incluidas en las dos listas.

P. ¿Qué servicios presta el banco?

R. Son variados. Desde la conservación de un germoplasma de incalculable valor hasta su donación a investigadores que lo requieran para sus estudios. Estos intercambios se realizan siempre conforme a la legislación plasmada en acuerdos de transferencia válidos para la mayoría de países.
Tal como manifestó el profesor José Esquinas en su conferencia magistral impartida el acto de celebración del 50 aniversario del banco, “debemos conservar la biodiversidad para que la Humanidad tenga un futuro”. Una parte significativa de esta crucial tarea ha correspondido, corresponde y corresponderá al Banco de Germoplasma César Gómez Campo de la Universidad Politécnica de Madrid.



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Proyectos inmediatos

Coincidiendo con el 50 aniversario del Banco, se ultima la puesta en marcha de un Curso de Especialización sobre Conservación de Recursos Fitogenéticos, de forma conjunta con el Centro Nacional de Recursos Fitogenéticos. También se proyecta la creación de un premio y una beca, que llevarían el nombre del Profesor Gómez Campo, destinados a promover su campo de estudios entre los investigadores más jóvenes.

Instalaciones renovadas

El Banco de Germoplasma cuenta con el apoyo de la UPM y el INIA (responsable último de la Conservación de Recursos Fitogenéticos en España) para que siga avanzando y siendo un referente internacional.

Para la renovación de sus instalaciones, el Banco de Germoplasma de la UPM ha contado con el apoyo el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el marco del programa Campus de Excelencia Internacional. Se ha actualizado la distribución de los laboratorios, los despachos y las cámaras de conservación. Ahora consta de dos modernos laboratorios de preparación de las semillas que van aconservarse, una sala de ordenadores donde se manejan la base de datos, dos cámaras frigoríficas visitables con temperatura y humedad controlada y un despacho para el personal del banco. También se ha adquirido un grupo electrógeno por si hay fallos en la corriente eléctrica.

Sobre César Gómez Campo

En mayo de 2010, el Banco de Germoplasma de la UPM tomó el nombre de César Gómez Campo en honor a este catedrático de la antigua Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos,  su creador e impulsor durante más de cuarenta años. En 2010, Bioversity International le distinguió con el título de Guardian of Diversity in the Mediterranean. Hizo una extraordinaria e incansable labor docente y de investigación en el ámbito de la conservación vegetal y en la biología y sistemática de las crucíferas.