Identificados los corredores ecológicos de España y las áreas críticas para su conservación y restauración

Un estudio liderado por investigadores de la UPM destaca la importancia de los bosques de ribera para mantener conectados los espacios protegidos de la Red Natura 2000, que cubren casi el 30% de la superficie de España.

21.05.2018

Los espacios naturales protegidos son porciones del territorio designadas con el objetivo de conservar los ecosistemas y la biodiversidad que albergan, sea éste el único objetivo de tales espacios o un objetivo principal compatible con otros como un uso moderado y sostenible de sus recursos naturales. Un equipo de investigadores de la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha desarrollado, junto con WWF, un estudio en el que se identifican los corredores ecológicos entre los espacios protegidos de España y en el que se dan las pautas para su conservación y restauración (Figura 1 y 2).

Figura 1: Red de corredores entre los espacios protegidos de la Red Natura 2000 en la España peninsular. Los corredores se caracterizan por su trazado (trayectoria) y su anchura, que dependen de la ubicación de los espacios de la Red Natura 2000 y de las características del territorio (tipos de cubierta y usos del suelo) que los separa. Los corredores transitan preferentemente por unas u otras zonas, y cuentan con mayores o menores anchuras, dependiendo del grado de resistencia (dificultad para el movimiento de las especies de fauna forestales) que presente el territorio que deben atravesar para alcanzar unos y otros espacios. Fuente e información adicional: De la Fuente et al. (2018).

“Los espacios terrestres de la Red Natura 2000 cubren el 27,3% de España, y son una pieza clave de nuestro territorio y de las políticas de conservación y sostenibilidad en nuestro país y en el conjunto de la Unión Europea”, explica Santiago Saura Martínez de Toda, investigador principal de este trabajo. España es, de hecho, el país de la Unión Europea que más superficie aporta a la Red Natura 2000, una red internacional de espacios protegidos destinada a proteger los hábitats y las especies más amenazados y con mayor valor de conservación.

Figura 2: Corredores prioritarios para la conservación y restauración de la conectividad entre los espacios forestales protegidos de la Red Natura 2000 en la España peninsular. Los corredores prioritarios para la conservación son aquellos en los que la degradación de sus condiciones actuales tendría un efecto más negativo sobre los niveles actuales de conectividad de la Red Natura 2000 en España, y se concentran sobre todo en los grandes sistemas montañosos con buena cobertura forestal y elevada presencia de espacios protegidos de la Red Natura 2000. Los corredores prioritarios para la restauración son aquellos en los que una mejora de sus condiciones produciría un incremento significativo de la conectividad global actualmente existente en la Red Natura 2000 española, y se concentran en paisajes más fragmentados, con menor grado de protección y habitualmente dominados por el uso agrícola, como el Valle del Guadalquivir o las dos mesetas. En algunos casos, puede haber, como se observa en el mapa, corredores que sean prioritarios tanto para la conservación como para la restauración, dado que el deterioro de sus condiciones actuales se traduciría en un elevado impacto negativo en la conectividad, pero la mejora de esas condiciones a través de acciones de restauración incrementaría de manera notoria la conectividad del conjunto de la red. En el mapa se puede apreciar el carácter trasnacional de varios de los corredores prioritarios identificados, que transcurren, en parte, por territorio de Francia (en la vertiente norte de los Pirineos) y especialmente por Portugal. Fuente e información adicional: De la Fuente et al. (2018).

El trabajo, en el que ha colaborado WWF-España, y que es la base de la propuesta de “Autopistas Salvajes” de esta organización, identifica los corredores ecológicos prioritarios entre los espacios protegidos de la Red Natura 2000 con presencia de hábitats forestales leñosos (bosque o matorral) en la España peninsular, espacios que abarcan más del 90% del área cubierta por la Red Natura 2000 en nuestro país. Esta red de corredores fundamenta y favorece la conectividad de los espacios protegidos, es decir, la posibilidad de que las especies animales (y los genes, semillas y polen que portan) puedan moverse de unos espacios protegidos a otros. “Es fundamental para evitar el enclaustramiento de las poblaciones animales en espacios aislados en los que la endogamia, consecuencia del emparejamiento entre individuos familiarmente cercanos, provoque una pérdida de variabilidad genética, de resistencia frente a enfermedades y de fertilidad, de manera similar a los efectos negativos que la consanguinidad conlleva también, como es sabido, en los humanos. También permite a los animales escapar de condiciones o eventos adversos como un incendio forestal, grandes sequías o un aumento de las temperaturas, asegurando así su supervivencia y capacidad de adaptación ante las amenazas o cambios que puedan sufrir las zonas en las que actualmente se distribuyen, así como la posibilidad de recolonizarlas una vez cesen esas condiciones o eventos adversos”, explica Saura.

El estudio determina los corredores estratégicos y las zonas del territorio en los que se deben concentrar preferentemente los esfuerzos de conservación y restauración de la conectividad de los espacios protegidos(figura 2), e identifica las zonas críticas o “cuellos de botella” para la conectividad, definidos como los tramos más estrechos, frágiles y vulnerables de esta red de corredores prioritarios (Figura 3).

Figura 3: Cuellos de botella en los corredores prioritarios entre espacios protegidos de la Red Natura 2000 en España. Estos cuellos de botellas son las áreas críticas para la conectividad ecológica que requieren de acciones más urgentes, por ser los tramos de los corredores más débiles, frágiles o estrechos en los que la funcionalidad conectora está más fuertemente comprometida o en riesgo. Fuente e información adicional: De la Fuente et al. (2018).

Los bosques de ribera y los montes de utilidad pública, un aporte clave para la conectividad

Según el estudio, los bosques de ribera destacan como elementos clave para garantizar la conectividad ya que “pese a que solo cubren el 0,68% del territorio representan el 2,4% de los corredores y sostienen el 12% de los cuellos de botella en el conjunto de los análisis realizados”, explica Saura. Ello es debido a que, con frecuencia, los bosques de ribera son una de las pocas franjas de vegetación natural de las que disponen las especies forestales para moverse a través de determinadas zonas como las predominantemente agrícolas o periurbanas. En muchos de estos casos, además, la estructura, anchura o continuidad espacial de los bosques de ribera no es la ideal, lo que apunta a la necesidad de concentrar significativos esfuerzos de restauración en estas zonas.

Los resultados del estudio ponen también de manifiesto que los montes de utilidad pública juegan, gracias a la gestión forestal sostenible aplicada en los mismos, un papel fundamental y claramente positivo para la conectividad de los espacios de la Red Natura 2000 en España: forman parte de más del 25% de los corredores identificados a pesar de que solo cubren el 14% del territorio español.

El estudio destaca también la necesidad de coordinar los esfuerzos de conservación y conectividad bajo una perspectiva transnacional, teniendo en cuenta a los países limítrofes, ya que algunos de los corredores prioritarios entre los espacios protegidos españoles transcurren, en parte, a través de territorio de Francia (en la vertiente norte de los Pirineos) y especialmente a través de Portugal (Figura 2).

Las cordilleras, las zonas mejor conservadas y conectadas

El informe muestra también que existe una notable polarización del territorio en cuanto a su aporte y necesidades en relación con la conectividad. Así, los corredores prioritarios para la conservación se concentran sobre todo en grandes sistemas montañosos con buena cobertura forestal y elevada presencia de espacios protegidos de la Red Natura 2000, tales como, por ejemplo, la Cordillera Cantábrica o Sierra Morena. Por su parte, los corredores en los que se deben concentrar los esfuerzos de restauración se presentan en paisajes más fragmentados y heterogéneos, con menor grado de protección y habitualmente dominados por el uso agrícola, como el Valle del Guadalquivir o las dos mesetas (Figura 2).

Tal y como señalan los investigadores, la importancia del estudio radica en que “aporta, por primera vez, una visión nacional, para toda la España peninsular, de la red estratégica de corredores y de las zonas en las que concentrar de manera prioritaria los esfuerzos de conservación o restauración de la conectividad entre los espacios de la Red Natura 2000 con hábitats forestales (bosques y matorral)”, aseguran.  

El estudio “aporta información que permite, en definitiva, mejorar la compatibilización de las necesidades de uso del territorio, movimiento y comunicación de la sociedad con las necesidades de movimiento y conservación de la rica fauna y flora que conforma la biodiversidad de España, y que el conjunto de la sociedad tiene la obligación ética y legal de preservar mediante acciones que están a nuestro alcance y que, de hecho, hacen o pueden hacer posible esa compatibilidad y coexistencia en nuestro territorio”.

De la Fuente, B., Mateo-Sánchez, M. C., Rodríguez, G., Gastón, A., de Ayala, R. P., Colomina-Pérez, D., Melero, M. & Saura, S. (2018). Natura 2000 sites, public forests and riparian corridors: The connectivity backbone of forest green infrastructure. Land Use Policy 75: 429-441. DOI 10.1016/j.landusepol.2018.04.002. https://authors.elsevier.com/a/1WtNlyDvM41ti