Economía circular: más que un reto, una necesidad

El profesor de la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural, José Vicente López, explica en esta colaboración la hoja de ruta de esta corriente mundial de la economía a nivel mundial.

12.07.18

El pasado día 6 de julio, se celebró en Madrid la Cumbre de Innovación Tecnológica y Economía Circular al que asistieron más de 2500 personas y se configuraron los 300 líderes españoles para la Economía Circular. Este importante evento lo organizaba la Advanced Leaderships Foundation, cuyo presidente es Juan Verde y la Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio de España.

La finalidad no era otra que formar a estos 300 líderes para la difusión de los principios de la Economía Circular en todos los estratos y actividades sociales. Se analizó el cambio de paradigma económico que se está verificando en la actualidad, de manera que vincular el desarrollo económico con el consumo de materias primas, base de la economía lineal de “usar y tirar”, no es un modelo económico sostenible.

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Desde 1980, se ha aumentado en un 60% la cantidad de recursos naturales extraídos en el mundo (WBSCD, Ecofys, 2017) y según datos del Banco Mundial en 2012 las ciudades generaron 1,3 billones de toneladas de residuos. Si a estas cifras le añadimos que para 2030 la población mundial se situará en los 8.600 millones de personas, necesitaremos 1,5 planetas para poder vivir al ritmo actual.

La Economía Circular de “cerrar ciclos”, frente a la lineal de “usar y tirar” representa la oportunidad de cambiar el modelo productivo y consumista e impactar, además, de manera muy positiva en los Objetivos de Desarrollo Sostenible  y en los objetivos marcados por el Acuerdo de París sobre el cambio Climático.

La Unión Europea es quien está marcando el ritmo de la transición hacia el modelo circular, que con una visión más a largo plazo, impida vivir por encima de nuestras posibilidades ambientales. Por ejemplo, según la huella ecológica de España y su biocapacidad, se necesitaría 2,4 veces la superficie de la que disponemos para mantener el nivel de vida y poblaciones actuales (Global Footprint Network Spain, 2014).

Desde nuestro punto de vista universitario, los sectores de actividad preferente reflejados en la aun no aprobada Estrategia de Economía Circular de España, se ajustan perfectamente a las titulaciones que impartimos en la UPM: construcción, agroalimentación, forestal, industrias, bienes de consumo y turismo, sin olvidar el principio de horizontalidad de la propia economía.

Estos temas fueron tratados en la Cumbre con numerosos ponentes y debates, entre los que estaban cinco premios Nobel, ente ellos, el expresidente de EE.UU., Barack Obama, coincidiendo todos en la necesidad urgente del cambio de modelo a través de unos ejes de actuación que afectan a la producción, consumo responsable, la gestión de residuos, las materias primas secundarias y la reutilización del agua. Por ello la Economía Circular se basa en simples ideas racionales tales como:

- Introducir materiales biobasados y utilizar energías renovables
- Incrementar la copropiedad o co-utilización, es decir, compartir recursos
- Fomentar el mantenimiento, la reparación y la refabricación
- Aumentar el porcentaje de reciclaje en los bienes, la reutilización y recuperación de energía y agua.

Desarrollo y medioambiente van de la mano en la Economía Circular, pero como señaló Obama, “la importancia de la educación es clave y tenemos que entrenar a los jóvenes que nos van a gobernar, a pensar de manera diferente con un nuevo modelo centrado en la colaboración”. 
Pero el camino no es fácil y las herramientas de las que disponemos hoy día son muy superiores y accesibles a tan sólo hace cinco o seis años y ello puede repercutir en la sociedad de manera positiva pero también puede excluir a buena parte de la población dejándola fuera del sistema. Tal y como señaló el premio Nobel de Economía de 2010, Christopher Pissarides, respecto a la aplicación de la innovación tecnológica en la Economía Circular (se refería al Big Data y a la inteligencia artificial), lo primero era romper la brecha tecnológica europea, Norte-Sur, con más inversión en I+D en países como España y por otro, tener especial cuidado en que la robotización de la economía beneficiará a las personas más formadas; perjudicará seguramente a los empleos medios y se mantendrá indiferente hacia los menos cualificados. Esta brecha social debe evitarse en la Economía Circular.

Hoy en día, casi un tercio de la inversión global está centrada en la sostenibilidad del planeta, y en negocios sostenibles, lo cual es indicativo la gravedad del tema y de ello se deduce que el planeta tiene que afrontar de forma global ocho desafíos que afectan a la innovación tecnológica y a la ética. Según el Profesor Bernardo Kliksberg, padre de la Responsabilidad Social empresarial y asesor estratégico de Naciones Unidas, quien en la Cumbre señaló que aquellas eran:

- Usar la revolución tecnológica en beneficio de todo el planeta.
- Afrontar la crisis de valores actual.
- Coexistencia de la riqueza y de pobreza, por ejemplo, se produce un 40% más de alimentos en el mundo del que se consume, sin embargo, muchas personas mueren de hambre cada minuto en el planeta.
- La igualdad entre mujeres y hombres y acceso a los trabajos.
- La ecología y protección de los espacios naturales y océanos.
- La juventud, con el reto de cómo incorporarlos al sistema y generar esperanza en el mundo.
- La empresa privada y la responsabilidad social cierta, es quién puede ayudar a la solución cuando los estados no actúan.
- Recuperar la ética para que no exista ese desencanto y desconfianza, sobre todo, en los estratos más jóvenes de la sociedad.

Pero, ¿qué podemos hacer desde la Universidad para contribuir a la Economía Circular?. Evidentemente está en nuestros propios fines: la enseñanza, la investigación, los desarrollos tecnológicos, el emprendimiento… todo ello es clave para la Economía Circular y hay que ponerlo en valor entre todos.

Pare ello, como cualquier institución, tenemos que seguir una hoja de ruta  para integrar la visión circular de la economía:
- Conocer y difundir, que es lo que estamos iniciando ahora, para poder inspirar a nuestros estamentos para la acción.
- Adquirir un compromiso ético y formal hacia la circularidad, no sólo en nuestro puesto de trabajo, sino en nuestra vida cotidiana.
- Planificar y actuar, por parte de toda la comunidad, y el plan de Sostenibilidad de la UPM es buen comienzo.
- Buscar aliados dentro y fuera de la propia universidad, a través del intraemprendimiento, la colaboración horizontal y la innovación abierta y relaciones con empresas e instituciones en este ámbito.
- Medir el progreso y buscar metas.
- Comunicar los que hacemos y por qué lo hacemos.

profesorEstamos empezando a posicionarnos a través de acciones primarias, bien de tipo formativo como el Máster propio en Economía Circular y gestión de Residuos de la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural, que en breve se convertirá en un Máster Universitario intercentros, o un centro semilla de emprendedores en Economía Circular que se formará en la ETSI de Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas, también el programa actúaUPM puede generar “negocios circulares” y buscar esas alianzas externas para el desarrollo y transmisión del conocimiento a instituciones y empresas, y otras muchas acciones no conocidas y que precisamente hay que comunicarlas para que sumen a la universidad circular.

Para finalizar, nos podemos quedar con una frase del Presidente de la Advanced Leaderships Foundation, Juan Verde: “si tu plan es a un año, siembra rosas; si es a 10 planta un árbol, pero si es a 100 años, educa a la comunidad”. El cambio ha comenzado, el planeta nos necesita.

José Vicente López Álvarez, es director del Máster en Economía Circular y Gestión de Residuo.