90 Aniversario de la creación de la Escuela Superior Aerotécnica

La precursora de la ETSIAE nace por Real Decreto en 1928 ante el desafío que representaba la aviación en aquellos años y la necesidad de especializar a los ingenieros en el ámbito de la construcción de aeronaves y la navegación aérea.

01.10.18

90 años han pasado desde que el Rey Alfonso XIII firmase en San Sebastián el Real Decreto que establecía la creación de la Escuela Superior Aerotécnica (ESA), origen de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio (ETSIAE) de la Universidad Politécnica de Madrid que tenemos hoy. “El desafío que en muy pocos años ha adquirido la aviación y las crecientes aplicaciones que cada día consigna en su haber esta nueva modalidad del saber humano, reclaman para su técnica una especialidad de ingeniería que completando los estudios fundamentales comunes a todas las carreras de ingenieros, de a los que su vocación lleve por este camino el dominio más completo posible de la aerodinámica y de todas aquellas ciencias constructivas que con la navegación aérea se relacionan”, reza la exposición de motivos de dicho Decreto (RD nº 1618 de 29 de septiembre de 1928).

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En la Escuela Superior Aerotécnica se “adquirirán los conocimientos teóricos y prácticos de especialización necesarios para capacitar en la dirección técnica de todos aquellos servicios públicos o industriales, del Estado o entidades particulares que con la construcción y la navegación aeronáutica o de inspección de su material tengan relación”. Objetivo que se ha mantenido, siendo a día de hoy la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio de la Universidad Politécnica de Madrid la única Escuela que imparte el Grado en Ingeniería Aeroespacial en cinco especialidades que cubren todo el espectro aeroespacial al que puede dedicarse un ingeniero del ramo.

La inauguración oficial de la ESA no se produjo hasta el 4 de febrero de 1930 y comenzó su actividad docente en el aeródromo de Cuatro Vientos, teniendo como primer director a Emilio Herrera Linares, uno de los personajes más poliédricos del siglo pasado, inventor, ingeniero, militar, político… y quien ideó el túnel de viento del Laboratorio de Aerodinámica de la mencionada Escuela. Las primeras promociones, de una decena de alumnos, distan mucho de las actuales, cercanas a los 600 estudiantes de nuevo ingreso cada curso.

Paréntesis militar y vuelta al carácter civil

De 1939 a 1948, la ESA se transformó en Academia Militar de Ingenieros Aeronáuticos (AMIA), dependiente del entonces Ministerio del Aire, para después recuperar su carácter civil aunque bajo un nuevo nombre, Escuela Especial de Ingenieros Aeronáuticos.

En 1954 se le asigna su ubicación actual en Ciudad Universitaria, aunque no se impartirán las clases en este edificio hasta el curso 1961/1962. La Ley de Ordenación de Enseñanzas Técnicas de 20 de julio de 1957 le otorga una nueva denominación como Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos (ETSIA). Finalmente, en 1971 se adscribirá a la Universidad Politécnica de Madrid.

La primera alumna que tuvo la Escuela fue María del Tránsito Camacho y Carretón, que se matriculó en el curso 1964/65; mientras que la primera titulada fue Isaura Clavero Paradineiro, que finalizó sus estudios en el curso 1973/74 junto a otros 20 alumnos. Con el paso de los años, la mujer se fue incorporando poco a poco a las aulas, hasta ser el 25% del alumnado, una cifra que se mantiene constante desde hace casi 20 años.

Paralelamente y atendiendo a las necesidades de abastecimiento del mercado de trabajo en las compañías aéreas y centros de mantenimiento de la aviación civil, se integra en la ya nombrada Academia Militar de Ingenieros Aeronáuticos, la Escuela de Ayudantes de Ingenieros Aeronáuticos. En 1957, con la promulgación de la Ley de Ordenación de las Enseñanzas Técnicas, esta Escuela de Ayudantes se transforma en Escuela Técnica de Peritos Aeronáuticos. En 1964, mediante la Ley de Reordenación de Enseñanzas Técnicas se establece la denominación de Ingeniero Técnico Aeronáutico y la Escuela cambia de nuevo su nombre al de Escuela de Ingeniería Técnica Aeronáutica, tomando su nombre definitivo en 1970 como Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Aeronáutica (EUITA) y adscribiéndose en 1972 en la recién creada Universidad Politécnica de Madrid. Estas Escuelas “Técnicas” han ido cambiando de ubicación, comenzando en Cuatro Vientos, pasando por el INTA y terminando en Ciudad Universitaria en 1966. Al principio compartiendo dependencias con la ETSIA y en 1989 en su propio edificio colindante con esta.

Adaptación a Bolonia

El 19 de diciembre de 2007 se celebraba una histórica Junta de Escuela conjunta entre la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos (ETSIA) y la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Aeronáutica (EUITA) en la que se acordaría la fusión de ambos centros para la creación de la actual Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio (ETSIAE) y la impartición del nuevo título de Grado en Ingeniería Aeroespacial, adaptado al Espacio Europeo de Educación Superior. Dos Escuelas que han caminado siempre en paralelo, lo harán juntas a partir de este momento aunando esfuerzos y aprovechando la experiencia acumulada por ambas en todos esos años de historia.

Así, los primeros alumnos de la nueva Escuela iniciaron las clases en el curso 2010/2011. Un total de 650 estudiantes de nuevo ingreso, de los que 246 finalizaron sus estudios cuatro años después. Estos egresados reciben un título de graduado, habilitante para el ejercicio de la profesión regulada de ingeniero técnico aeronáutico. Para alcanzar la capacitación equivalente al ingeniero aeronáutico de antaño, han de continuar sus estudios en la ETSIAE realizando el Máster Universitario en Ingeniería Aeronáutica (MUIA). Hasta el momento, tres promociones de alumnos han finalizado el citado máster.

Más de 8000 ingenieros aeronáuticos formados

En estos 90 años de existencia, se han formado en nuestras aulas más de 8000 ingenieros aeronáuticos. No obstante, hasta el año 2002, todo aquel que quería formarse como ingeniero aeronáutico debía matricularse aquí por ser la única Escuela en España que impartía estos estudios. Entre los antiguos alumnos, encontramos nombres ilustres, desde los pioneros Juan de la Cierva, Leonardo Torres Quevedo, Esteban Terradas o Emilio Herrera (que fueron designados ingenieros aeronáuticos bien por méritos o bien por revalidación de sus estudios en el extranjero) a Amable Liñán, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1993. También profesionales de gran prestigio, tanto en el sector aeroespacial como en otros afines, que ocupan puestos directivos en grandes empresas, centros de investigación y en la administración pública. Esto incluye a dos ministros del actual Gobierno, por un lado, Josep Borrell, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y por otro, Pedro Duque, ministro de Ciencia, Innovación y Universidades y primer astronauta español.