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Reconocimiento internacional a la ingeniería estructural española

Dos ingenieros españoles, profesores de la UPM, distinguidos con los Premios Internacionales IABSE. Reconocimiento a la plenitud y juventud de la ingeniería estructural.

2015 ha sido el año de oro para los ingenieros de Estructuras españoles. Alejandro Bernabeu y José Calavera,  profesores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), han sido distinguidos con dos Premios IABSE, dos de las más altas distinciones que concede la International Association for Bridge and Structural Engineering- Asociación Internacional para la Ingeniería Estructural y de Puentes.  José Calavera ha sido distinguido con el International Award of Merit in Structural Engineering, por su extraordinaria contribución al campo de la Ingeniería Estructural y Alejandro Bernabeu, con el Premio IABSE para jóvenes ingenieros menores de 40 años.

Bernabeu ha recibido este premio “en reconocimiento a su importante contribución en el fortalecimiento del papel de los ingenieros estructurales en proyectos internacionales y multidisciplinarios complejos y su participación en muchos e innovadores logros de diseño estructural en el área de estructuras de arquitectura y construcción”.

Junto a la satisfacción personal que un premio de esta naturaleza implica, la distinción también supone “una fuente de motivación y de superación, así como un motivo de responsabilidad y de compromiso hacia mis compañeros ingenieros y hacia la sociedad”.

PREGUNTA.- En este año de 2015 han obtenido galardones dos profesores de la Politécnica de Madrid, José Calavera y usted. ¿Considera que tales premios, indirectamente, suponen un reconocimiento de la proyección docente que esta universidad tiene a nivel internacional?

RESPUESTA.- Sin lugar a dudas supone un reconocimiento a la Universidad Politécnica de Madrid, y,  en particular, a las Escuelas de Caminos y de Arquitectura, en las que han estudiado y sido profesores muchos de los grandes ingenieros y arquitectos de este país con reconocimiento internacional.

Pone además de manifiesto la relevancia y preponderancia de la ingeniería española a nivel internacional, tanto en el campo del proyecto, como en de la investigación y la construcción. Actualmente, en un porcentaje muy elevado de los grandes proyectos y obras de todo el mundo están participando ingenieros españoles.

P.- La aparición de nuevos materiales en el siglo XX ha revolucionado las formas estructurales y arquitectónicas. ¿Aparecerán nuevos materiales que revolucionarán los proyectos de ingeniería y arquitectónicos en el siglo XXI?

R.- -¡Espero que sí! Sería apasionante tener la ocasión de plantear y desarrollar nuevos sistemas y formas estructurales a partir de las características y cualidades de nuevos materiales. Los grandes avances se han venido produciendo en la mejora de la resistencia y propiedades de los materiales existentes, hormigón y acero, y los nuevos materiales han de abrir nuevos caminos y posibilidades.

Por otra parte, la gran revolución de finales del siglo XX y del siglo XXI es la revolución digital, que ha transformado radicalmente la forma en la que vivimos y nos relacionamos, y revoluciona también por tanto la forma en la que proyectamos y construimos. Es una revolución sin embargo que tenemos que asimilar y desarrollar en su verdadero potencial, y que puede ayudarnos a afrontar los grandes retos ecológicos, económicos y sociales de la ingeniería y la arquitectura actuales.

P.- En la nueva configuración libre de la arquitectura contemporánea ¿Es absolutamente necesaria la aportación de los conocimientos del ingeniero de estructuras?

R. -El intenso desarrollo y la computarización de las técnicas auxiliares de proyecto y construcción, unido a la mejora de las propiedades de los materiales estructurales que comentábamos antes, y a la profundización en el conocimiento de las estructuras, han generado una situación de libertad formal prácticamente total.

Esta libertad sin embargo es un arma de doble filo, y pienso que es más difícil abordar un proyecto desde ese espacio de libertad total. En ese sentido la estructura tiene el potencial de guiar u orientar esa libertad formal. Y es aquí donde el ingeniero de estructuras tiene que ir más allá, no limitándose a resolver las cuestiones técnicas, sino colaborando en el proceso creativo de los proyectos.

P.- ¿En las formas distorsionadas de la arquitectura actual, los planteamientos y las estrategias estructurales del proyecto suponen un proceso creativo más amplio que la suma de arquitectura y estructura?

R. -Sí, en ese sentido que decíamos, abordar el proyecto de forma integral, permite entender la estructura no como un requisito molesto, si no como una oportunidad a partir de la cual desarrollar el proyecto. El resultado son proyectos en los que la estructura es indisociable de la arquitectura a la que da forma, son un todo único.

Por otra parte, siendo la formación y los intereses de arquitectos e ingenieros tan distintos, la colaboración entre ellos da como resultado procesos creativos mucho más fructíferos, además de resultar en experiencias muy satisfactorias y apasionantes a nivel personal.

P.- ¿Cuál ha sido el mayor reto al que se ha enfrentado en su vida profesional a la hora de planificar y desarrollar un proyecto?

R. -Destacaría varios: los proyectos de Caixaforum Madrid y el Centro de las Artes de la Coruña (actual MUNCYT), que fueron experiencias muy intensas y gratificantes de colaboración con los arquitectos; proyectos internaciones en zonas de alta sismicidad, como varios hospitales en Chile y Nicaragüa, o el Centro de Convenciones de Lima, afrontando el desarrollo de proyectos sometidos a esfuerzos sísmicos muy importantes, no sólo a nivel de cálculo, sino sobre todo a nivel de diseño; y recientemente, el proyecto de tres pasarelas banda tesa de 130 m de luz en Toledo, en colaboración con los arquitectos Burgos y Garrido, y que tengo la esperanza de que inicien su construcción próximamente.