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La UPM distingue como doctor ‘honoris causa’ a Jesús del Álamo, profesor del MIT

El director del Laboratorio de Tecnología de Microsistemas recibe el título honorífico en la Universidad en que se graduó como ingeniero de telecomunicación.La Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha otorgado el título de doctor honoris causa a Jesús del Álamo, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EE UU), donde dirige el Laboratorio de Tecnología de Microsistemas. Ingeniero de telecomunicación por la UPM, Del Álamo centró el comienzo de su carrera investigadora en la célula solar, para luego adentrarse en el campo de los dispositivos semiconductores de uso en microelectrónica. Actualmente, trabaja en la obtención de transistores basados en compuestos con materiales alternativos al silicio.

El rector de la UPM, Carlos Conde, ha recordado en el acto de investidura que Del Álamo recibe la distinción en su campus de origen, a propuesta de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación en que estudió. “Si siempre me gusta poner de manifiesto que los antiguos alumnos de nuestra Universidad son nuestros mejores embajadores, los que con su trabajo diario más contribuyen al buen nombre de la UPM, esta afirmación encuentra en su caso uno de sus mejores exponentes”. Subrayó que las aportaciones del nuevo doctor al desarrollo de la ciencia y la tecnología son “muy intensas y significativas, como grande lo es su contribución a la formación de ingenieros en su departamento del MIT”.

Del Álamo, que obtuvo el título de ingeniero de telecomunicación en 1980, inició su carrera investigadora en el Instituto de Energía Solar (IES) de la UPM. Aquí desarrolló el trabajo fin de carrera bajo la dirección de Antonio Luque, su actual presidente, quien ha actuado como padrino en el acto de investidura. La experiencia de aquel periodo cambió su vida, ha reconocido el nuevo doctor al agradecer la distinción. El trabajo sobre la célula solar que realizó tuvo una importante repercusión en la creación de la tecnología de campo posterior por aleación de aluminio, una aportación por la que ha sido internacionalmente reconocido.

En la Universidad de Stanford (EE UU), Del Álamo cursó un máster y se doctoró en ingeniería eléctrica. Fue en el grupo de investigación  de Richard Swanson, que buscaba fabricar células solares iluminadas por la cara opuesta a la unión. Su célula de contacto posterior les hizo alcanzar en 1984 el mayor rendimiento del mundo con silicio, al llegar al 27% en concentración solar. Del Álamo contribuyó a ello mediante una labor rigurosa de medición de las propiedades físicas de este material, necesaria para la fabricación y el modelado de dispositivos semiconductores, a fin de optimizar sus prestaciones. Los artículos derivados de este trabajo lo convirtieron en referente mundial en esta materia.

Al finalizar la tesis doctoral, Del Álamo, que había extendido ya su campo de interés a un abanico amplio de de dispositivos semiconductores de uso en microelectrónica, realizó una estancia de tres años en los laboratorios de investigación de NTT en Atsugi, cerca de Tokio (Japón). En 1988, se incorporó al MIT, donde fue distinguido en 2007 como donner profesor y dirige desde 2013 el Laboratorio de Tecnología de Microsistemas.

A la labor docente e investigadora, Del Álamo une su preocupación por hacer llegar a lugares remotos y desfavorecidos una educación experimental en electrónica. Así, puso en marcha el proyecto iLab, un sistema que usan miles de estudiantes en África, así como en centros europeos, que ha recibido la atención y financiación de la Fundación Carnegie y Microsoft.

Actualmente, Del Álamo lidera en el MIT un programa de investigación para obtener transistores basados en semiconductores compuestos con nuevos materiales, como el indio arseniuro de galio, que den paso a aparatos electrónicos cada vez más pequeños y potentes. Es su contribución a impedir el final de la denominada Ley de Moore, tema al que ha dedicado la lección magistral. Esta ley, que expresa en su formulación actual que cada dos años se duplica aproximadamente el número de transistores en un microprocesador, está ahora cuestionada por la posibilidad de que las futuras tecnologías resulten más caras de desarrollar que las anteriores.

Al margen de razones económicas, “lo que no va a parar es la física”, ha recalcado Del Álamo al referirse al trabajo constante por aumentar el rendimiento de los microprocesadores. Y en ese empeño ha destacado el papel de los investigadores más jóvenes. “Nada hay más enriquecedor para un profesor que tener alumnos que no saben distinguir entre lo que es posible y lo que es imposible, porque terminarán haciendo lo imposible”. “En gran medida, el honor que recibo se lo debo a mis estudiantes”, ha manifestado tras ser investido doctor por la UPM.