Fibromialgia: ¿el deporte ayuda?

Una investigadora de la UPM lidera un estudio que analiza los beneficios de sustituir el tiempo sedentario por intervalos de actividad física en mujeres con fibromialgia.

18.11.19

La fibromialgia es una enfermedad que se caracteriza por una mayor sensibilidad a los estímulos dolorosos. Junto al dolor crónico, esta dolencia implica a menudo una serie de síntomas físicos y psicológicos como, por ejemplo, un aumento de la fatiga física y una disminución del bienestar.

En este contexto, Cristina Maestre, doctora e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), ha liderado un estudio que analiza los beneficios de la sustitución del tiempo sedentario por intervalos de actividad física ligera, moderada o vigorosa en población diagnosticada con fibromialgia.

El objetivo, describe la investigadora, fue “analizar las asociaciones entre la asignación del tiempo dedicado a actividades sedentarias y físicas, y los componentes de la condición física en mujeres con fibromialgia”.

Desarrollado en colaboración con investigadores de las universidades de Granada, Almería, Cádiz, Ulster (Irlanda del Norte) y el Centro Médico Universitario de Rotterdam (Países Bajos), el estudio demuestra que la sustitución teórica de 30 minutos al día de tiempo sedentario (sentado, ver televisión, etc)  por 30 minutos de actividad física ligera puede estar asociada con una mejoría en la fuerza muscular del miembro superior del cuerpo y en la capacidad cardiorrespiratoria.

Además, si se sustituye ese tiempo por 30 minutos al día de actividad física moderada, se pueden obtener “beneficios adicionales en los componentes de la condición física y permitir mayores efectos sobre el estado físico, que repercutirán de manera positiva en la capacidad de llevar a cabo las tareas de la vida diaria”, afirma Cristina Maestre.

 

Actividad física en pacientes con fibromialgia

Aunque los hallazgos sugieren que la actividad física moderada es la más beneficiosa para mejorar la condición física, no significa que se recomiende a todas las personas con fibromialgia. De hecho, sólo el reemplazo del tiempo sedentario por actividad física liviana produce mejorías significativas en los resultados.

“Los pacientes con fibromialgia”, explica la investigadora de la UPM, “a menudo valoran las actividades intensas como aterradoras, lo que a su vez puede provocar ansiedad y una sensación de estar siendo obligadas más allá de la propia capacidad o voluntad”. Por tanto, en el estudio se aconseja un enfoque gradual en el que las personas dediquen pequeños intervalos continuos de tiempo (30 minutos continuos) o partidos (15 minutos- 15 minutos) a la actividad física ligera y, cuando se sientan seguras, progresen a actividades de intensidad moderada.

Los investigadores concluyen que, en lugar de los programas estándar de actividad física de talla única, los objetivos y la progresión de los programas podrían basarse mejor en enfoques personalizados y se podría considerar la conveniencia de complementar la actividad física con otras modalidades terapéuticas.