Universidad
Politécnica de Madrid

Caren Camiscia
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El pasado 18 de febrero tuvo lugar el decimosexto Seminario UPM: Tecnología e Innovación para los ODS en el edificio del Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo (itdUPM). En esta ocasión la sesión se desarrolló con un formato de taller y tuvo como objetivo conectar diferentes iniciativas dentro y fuera de la universidad en base a dos líneas estratégicas de trabajo relacionadas con la temática del ciclo y orientadas a alcanzar la neutralidad climática de la UPM en 2040: el campus como sumidero de carbono y como demostrador de un sistema agroalimentario sostenible.

El taller constó de tres momentos. La primera instancia, tenía el fin de presentar algunas iniciativas, que abordan las temáticas a trabajar, que ya vienen teniendo un cierto recorrido y resultado dentro de la UPM. En la segunda parte, los y las participantes se dividieron en dos mesas de trabajo (en función de sus intereses, manifiestos previamente en los formularios de inscripción) facilitadas por integrantes del itdUPM, en una de ellas se abordaron las temáticas y proyectos relacionados al Sistema Agroalimentario Sostenible y en la otra las relacionadas al Campus UPM como sumidero de carbono. El tercer momento consistió en la puesta en común e interpretación colectiva de los resultados de cada mesa a través de una portavoz.

Presentación de las iniciativas en marcha

Pablo Sastre, en representación del Vicerrectorado de Calidad y Eficiencia de la UPM, repasó la estrategia que posee la Universidad Politécnica de Madrid para la descarbonización de sus campus. La misma empezó con la Declaración del Compromiso de la UPM firmado el 28 de noviembre del 2019 por el Consejo de Gobierno. Sastre comentó que dicho compromiso está compuesto de dos metas, una de ellas es la de disminuir las emisiones directas para el 2030 y el otro es reducir las indirectas para el 2040, todo esto con el gran horizonte de llegar a ese año con un balance neto cero. Sostuvo también que, para ejecutarlo además de contar con la participación de toda la comunidad universitaria, se conformó un Comité de Descarbonización que tiene el objeto de diseñar el plan que guiará el camino para alcanzar este objetivo el cual será presentado al Consejo de Gobierno en octubre del 2020. Finalmente agregó, que se está impulsando la formación de los Nodos ODS en cada uno de los centros para llevar a cabo el diseño de iniciativas específicas para cada espacio.

Consecutivamente, Guillermo San Miguel, profesor contratado doctor de la E.T.S. de Ingenieros Industriales quien integra un grupo de investigación especializado en metodologías de análisis de sostenibilidad de sistemas, contó algunos de los proyectos en los que han participado: sostenibilidad de la elaboración de vinos, ladrillos, centrales termo solares e internet, entre otros. El profesor destacó que desde su equipo de investigación realizan estudios integrales de sostenibilidad, en los que, si bien abordan un estudio profundo de la huella de carbono de dichos sistemas, no lo consideran como un indicador que pueda analizarse de manera aislada por lo que sus estudios incluyen un mayor número de variables que de una visión completa de la sostenibilidad como ser: un análisis ambiental, económico y social.

Francesca Olivieri profesora contratada doctora de la E.T.S. de Arquitectura comentó tres iniciativas que vienen desarrollando en la UPM. La primera consiste en el diseño, instalación y monitoreo de distintas soluciones basadas en la naturaleza en el Campus de Moncloa, con el objeto de cuantificar y ver qué efectos tienen sobre el edificio y el ambiente urbano. Lo que se está midiendo es la demanda energética de los edificios, el efecto sobre el microclima urbano y sobre la calidad del aire, la absorción de CO2, la absorción y aislamiento acústico y la biodiversidad. El fin último es contribuir a tener un campus más resiliente y carbono neutral, para luego poder extrapolar estos aprendizajes a otros contextos en la ciudad. Otro proyecto, el cual ha sido financiado por la Unión Europea y del que participan otras organizaciones, denominado Bluebloqs tiene el objetivo de crear un sistema de gestión sostenible del agua a nivel urbano, esta es una medida de adaptación y mitigación al mismo tiempo. La última iniciativa que presentó está impulsaba por el programa interno de la UPM denominada RES2 U aúna varias iniciativas que ya tenían su propio recorrido en la universidad y otras nuevas con el fin de generar un campus más sostenible basándose en los principios de la Agenda 2030 y el compromiso ya mencionado de la UPM. Esta plataforma es una excelente base a partir de la cual ir todos hacia el cumplimiento del mismo objetivo.

Previo a presentar sus proyectos, el profesor e investigador del CEIGRAM y la ETSIAAB, Alberto Sanz, realizó una pequeña referencia al último informe publicado por el IPCC, en agosto del 2019, a modo de argumento para dar cuenta de lo apremiante que resulta ser generar proyectos en torno a la alimentación sostenible. En el mencionado informe se indica que el sistema agroalimentario es responsable de entre el 21 y el 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial, lo que equivale a que un tercio de las emisiones del planeta tiene que ver con lo que comemos. En este dato se tienen en cuenta entonces tanto las emisiones en las fases de producción como las emisiones asociadas a nuestro consumo de alimentos.

En consonancia con lo anterior, el profesor sostuvo que en los proyectos que ellos impulsan abordan medidas que incluyen tanto la disminución de las emisiones asociadas a la producción como también en las que derivan del consumo y este trabajo lo realizan a diversas escalas, tanto a sistema agroalimentario español, como a una escala menor en el ámbito del Campus de la UPM. Especialmente han venido desarrollando dos proyectos, pero, sobre todo, ha trabajado en uno de ellos que se centra en evaluar cómo el cambio de hábitos puede llevar a una mitigación real de la huella de carbono asociada a la alimentación, y una de las medidas que impulsaron fue la introducción de alimentos de temporada, cercanía y de producción ecológica al comedor de la ETSIAAB de la UPM. Además agregó que, este proyecto con el apoyo del IMIDRA se va a ampliar a otras tres universidades de la Comunidad de Madrid. Sanz sostuvo que la universidad tiene que ser transformadora a nivel material, pero también demostradora dando cuenta de cómo es posible cambiar de hábitos y dirigirnos hacia unas formas de consumir menos lesivas y menos emisoras de GEI, y con esto catalizar el cambio, no solo en el espacio universitario, sino en nuestras casas y contagiar de esto a quienes nos rodean.

Mesas de trabajo: Campus UPM como sumidero de carbono a través de soluciones basadas en la naturaleza  y Alimentación Sostenible

En la segunda y más extensa etapa del taller, los y las participantes se dividieron, como se mencionó a priori, en dos mesas de trabajo donde se procedió a identificar cual es el portafolio de proyectos que tiene la UPM. Esta metodología se basa en el enfoque de portafolio desarrollado por el Climate-KIC para su programa Deep Demonstration. Este enfoque obliga a pasar de una visión incremental a una visión transformadora o sistémica al dar impulso a multitud de iniciativas de investigación diferentes pero interconectadas. Este método permite explorar simultáneamente numerosas alternativas a un reto predefinido y así aprender más rápido. Discernir rápidamente entre lo que funciona y lo que no resulta fundamental para acelerar la profunda transformación que necesitamos para el logro de los ODS.

Una de las mesas tuvo como objeto el pensar a los campus de la UPM como demostradores de un sistema agroalimentario sostenible. Aquí se abordaron diferentes dimensiones de esta temática: producción sostenible y nuevo modelo de suministros, consumo responsable y cambio de hábitos, compostaje y reducción de residuos, formación y divulgación de prácticas agroecológicas.

La otra mesa de debate se enmarco en la búsqueda de propuestas en torno al Campus UPM como sumidero de carbono a través de soluciones basadas en la naturaleza, en la se abordaron temáticas relacionadas a la conservación y aumento de la biodiversidad, gestión de los recursos naturales, medición de la Huella de carbono como indicador, Impactos socio-culturales y desarrollo de desarrollo de tecnologías.

Esta parte del taller constó de tres etapas. La primera que tuvo como objeto la construcción colectiva de un mapa de iniciativas en curso, potenciales, espacio, recursos y personas relacionadas con cada temática de trabajo. Los y las participantes incluían sus propuestas a través de unos post it y las iban colocando en una gran pizarra, al mismo tiempo que compartían a viva voz de qué trataba dicha iniciativa. En el segundo bloque, facilitado por integrantes del itdUPM, se buscó generar conexiones actuales y potenciales de las iniciativas previamente detectadas. Al final del taller, se debatió sobre cuál sería el o los objetivos comunes que puedan ser albergados en este gran mapeo de proyectos. La pregunta que guió esta última parte fue: ¿Cómo pasar de este portfolio de proyectos a una estrategia universitaria orientada a lograr la neutralidad en carbono en 2040?

Tercer bloque: puesta en común

La última parte de la sesión consistió en realizar una síntesis de lo trabajado en cada mesa y compartirla con todas las personas presentes, no solo con la pretensión de compartir los resultados sino también de fomentar la conexión y colaboración entre las líneas de trabajo de cada mesa, ya que se encuentran íntimamente relacionadas y apuntan a un mismo objetivo. Fue así como una portavoz de cada de cada temática expuso cuáles fueron las conclusiones y líneas de trabajo surgidas.

La profesora contratada doctora de la ETSIAAB, Eva Miedes, en representación del grupo que trabajó sobre sistema agroalimentario sostenible, realizó un repaso de lo que quedó plasmado en su pizarra de trabajo. Un aspecto importante que se tuvo en cuenta fue el de contar con productores y productoras locales para poder tener un abastecimiento tanto en los campus como a la comunidad universitaria de cercanía, asimismo se pensó en cómo acompañar eso mediante una logística y transporte sostenible. Luego se observó la existencia de plataformas y asociaciones desarrolladas que pueden colaborar y brindarnos herramientas para poder facilitar eso. Asimismo, se debatió sobre la posibilidad de utilizar los campos de prácticas de la universidad para que sirvan como demostradores no solo para la comunidad universitaria sino también para el exterior, así como, que se planteen allí diferentes iniciativas de formación. Luego se hizo hincapié en la importancia de la difusión y comunicación de todas estas iniciativas. Finalmente hizo mención a la posibilidad de plantear cambios en los pliegos de las escuelas, en la modificación en los hábitos y la posibilidad de medir eso, y en el incentivo para la proliferación de iniciativas de compostaje en la UPM.

Francesca Olivieri, en representación de la mesa que debatió sobre Campus como sumidero de carbono, comentó que se llegó a la conclusión de que todas las conexiones planteadas tienen la característica de ser potenciales, lo cual se plantea un gran desafío por delante. Esto conllevó a discutir sobre la necesidad que a nivel universidad deba existir una coordinación entre todas estas iniciativas. Luego se detectaron los actores que se precisan para alcanzar esta coordinación, entre ellos se hizo mención a: los equipos directivos de los centros y de Rectorado, los equipos de comunicación, los y las estudiantes. Otro tema de debate giró en torno a la financiación, ya que se sostuvo que descarbonizar el campus va a requerir de un presupuesto específico, con lo cual se requiere colocar esfuerzos en la búsqueda de financiamiento. Se llegó a la conclusión de que hay que basarse en las iniciativas existentes y potenciarlas.
El resultado de este ayer ha quedado en un mapa virtual que tiene la particularidad de ser evolutivo, ya que el proceso irá iterando y haciéndolo mutar.

Fotos: Irving Frausto