Economía y Sostenibilidad del Medio Natural

Los ecosistemas forestales ocupan una superficie relevante en España, generando un importante flujo de insumos. Pese a ello, la industria forestal española dista de poseer una estructura empresarial poderosa.

España cuenta con una industria forestal generalmente fragmentada, que no suele estar integrada con otros eslabones de la cadena de valor de los productos forestales, y sobre la que se posee una información generalmente incompleta y poco actual.

MaderaEste hecho ha justificado la investigación realizada por distintos profesores e investigadores de la ETS de Ingenieros de Montes y de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid, pertenecientes al grupo de investigación consolidado “Economía y Sostenibilidad del Medio Natural”, y que ha cristalizado en una monografía de reciente aparición, editada por la Fundación BBVA* .

En esta investigación se ha pretendido profundizar en una visión conjunta de los tres sectores industriales más relacionados con la madera: la industria de la madera, la del papel y la del mueble. Conviene decir inicialmente que nos encontramos con unos sectores en general maduros, donde existen eslabones en los que compiten empresas muy intensivas en capital y con unas pautas de internacionalización bien definidas, frente a otros donde las empresas presentan unas características totalmente dispares. Salvo en la industria del papel y en algunas ramas de la industria de la madera (i.e., industria de tableros), la industria forestal es un sector muy fragmentado, con pocas empresas de gran tamaño, como queda reflejado por el reducido número de las mismas que cotizan en Bolsa. Además, al estar esta industria basada en un recurso natural renovable existen importantes aspectos ambientales que influyen fuertemente tanto a nivel local como nacional o global.

Gestión forestal sostenible

Así, hoy en día, y como respuesta a las presiones sociales sobre distintos aspectos de la gestión forestal sostenible, las empresas relacionadas con la madera están comenzando a adoptar prácticas más respetuosas con el medio ambiente. Aunque, salvo pocas excepciones, las empresas transformadoras de la madera y sus derivados no gestionan predios forestales, ello no es óbice para que puedan demandar materias primas que presenten unos ciertos requisitos ambientales, es decir, que esté certificada.

Este cambio que se está comenzando a producir puede ocasionar efectos tanto económicos como sociales en diferentes eslabones de la cadena, así como fuera de la misma, ya que se prevé que aquellas empresas que no encaren este desafío puedan ver peligrar su situación en el mercado. Así, además de la ecocertificación, aspectos como el reciclaje de los productos, el control de las emisiones, la optimización de los residuos, la fuente de energía utilizada y su eficiencia (muchas veces la energía es el coste más elevado dentro del proceso de producción), el contenido de carbono en los distintos productos de la cadena cobran cada día más importancia y deben integrarse en el análisis.

Aunque la vinculación de las tres industrias parece clara, al compartir una materia prima común, en esta investigación se ha comprobado la existencia de resultados muy distintos entre los tres sectores, especialmente si se compara la industria del papel frente a las otras dos. Inicialmente, se puede decir que la industria forestal presenta como rasgos característicos una heterogeneidad entre los sectores que la componen, un minifundismo empresarial, sobre todo en las industrias de la madera y del mueble, y una integración vertical hacia los proveedores casi inexistente.

Una industria forestal competitiva

A lo largo de esta investigación ha quedado de manifiesto la importancia relativa que poseen estas industrias dentro del tejido productivo español, aunque dicha relevancia supera lo que habitualmente se considera ligado al sector forestal. Se puede apreciar, si atendemos al comercio exterior cómo la industria forestal, en general, es competitiva si la comparamos con el conjunto de la economía. Este hecho, propio de sectores con un nivel tecnológico similar a la media de la industria forestal no incluye aspectos puntuales como las importaciones de madera procedentes de cortas ilegales. La industria forestal presenta una rentabilidad económica aceptable,y con unos comportamientos similares, o incluso más favorables en los últimos años si la comparamos a la industria manufacturera en general.

Por otro lado, se verifica que la estrategia de innovación seguida por muchas empresas españolas, basada en la adquisición de la tecnología desarrollada disponible en mercados internacionales, es la habitual en la industria forestal. Ello no es óbice para afirmar que esta situación está condicionada por aspectos endógenos, como puede ser la capacidad financiera necesaria para abarcar estas inversiones, ni para hablar, al realizar una comparación con el conjunto de la industria, de la brecha creciente que presenta la industria forestal. A pesar de que las informaciones manejadas y los resultados obtenidos confirman este hecho, no es menos cierto que se debe contraponer a otros resultados destacados de estas industrias: el porcentaje de empresas pertenecientes a la industria forestal que desarrollan I+D, así como las empresas que registran patentes es superior al promedio empresarial español.

La ya mencionada heterogeneidad entre los distintos sectores se muestra en otros aspectos como pueden ser el comercio exterior, en la inversión exterior que se recibe, y en la competitividad. Otro resultado destacable se ha obtenido al analizar la eficiencia en estas empresas: no existe una pauta clara que vincule las empresas eficientes y el sector al que pertenecen.

Por otro lado, uno de los propósitos de esta investigación era profundizar en el conocimiento de cómo ciertas variables de carácter ambiental influyen en la realidad cotidiana de estos sectores. Aquí se han observado algunas diferencias entre los distintos sectores, aunque muchas empresas, sobre todo las de menor tamaño, muestran poca implicación en aspectos como la instalación de sistemas de gestión ambiental, la utilización de residuos generados con fines energéticos y, en general, de energías limpias. Esta poca implicación se justifica por falta de ayudas o incentivos de los Organismos Públicos implicados.

Además, resulta esclarecedor comprobar cómo las empresas grandes no siempre son las que presentan una mayor preocupación hacia estos aspectos ambientales. Centrándonos en los sistemas ambientales, su implantación es débil, a excepción de la industria del papel y, en algunos casos, se puede afirmar que las empresas que han adoptado estos sistemas, suelen ser las más eficientes. Llama la atención, por otra parte, la escasa propensión de las empresas para comprar madera certificada y/o vender productos con esta cualidad. Es decir, que las empresas no perciben como necesidad utilizar en sus sistemas productivos madera que presente esta cualidad.

Por último, conviene apuntar algunas de las direcciones en las que proseguirán las investigaciones que han fructificado en los últimos años. Así, existen aspectos que hoy en día ya presentan una cierta importancia, como pueden ser el estudio de la sostenibilidad en estas industrias. Por otro lado, se pretende en un futuro próximo profundizar, a través de modelos econométricos, en las relaciones existentes entre las empresas que realizan innovaciones y las estrategias ambientales que siguen.

* Díaz Balteiro, L. (Dir.). 2008. Caracterización de la industria forestal en España: aspectos económicos y ambientales. Fundación BBVA, Madrid, 430pp.