Los huertos urbanos podrían reducir la huella de carbono alimentario más del 12%

Investigadores de la UPM y el CEIGRAM han analizado el papel que los huertos urbanos podrían tener en la reducción de las emisiones de carbono tomando como base datos de la ciudad de Madrid. Los resultados muestran potenciales reducciones de las emisiones de hasta 205 kg por persona y año.

26.04.2021

Si todos los  habitantes de Madrid cambiaran sus hábitos alimentarios de la misma forma que lo hacen quienes participan en huertos comunitarios, las emisiones de CO2 podrían reducirse en esta ciudad hasta en un 6%, lo cual sería una cifra equivalente a suprimir todas las actividades industriales. Es el resultado de un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) que cifra el potencial de reducción de las emisiones hasta en 205kg de CO2 por persona y año si se extienden estos comportamientos más sostenibles.

Teniendo en cuenta que al menos un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global se generan el sistema agroalimentario no es extraño que la comunidad científica centre su atención en el potencial que los cambios en nuestra forma de alimentarnos pueden tener en la lucha contra  el cambio climático. En las ciudades, este potencial se centra en las decisiones de las y los consumidores, con capacidad de influencia en toda la cadena alimentaria y los huertos urbanos pueden tener un papel muy importante en los cambios de hábitos.

Foto: Esta es una Plaza

“Los huertos urbanos son espacios donde las personas reconectan con el origen de sus alimentos, y que les pueden conducir a una mayor reflexión y concienciación sobre las implicaciones de sus decisiones alimentarias, además de fomentar el consumo de verduras frescas y de temporada”, explica Ivanka Puigdueta, investigadora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la UPM y del Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales (CEIGRAM) en el que participa la UPM.  “Por todo ello nos planteamos la posibilidad de analizar el papel que los huertos urbanos podían jugar en la reducción de las emisiones de una ciudad tan importante como Madrid”.

Los investigadores desarrollaron su trabajo en tres fases.  En la primera definieron los hábitos medios de alimentación de la población de Madrid tomando como referencia datos del año 2012. En segundo lugar, esos hábitos de consumo se asociaron a sus correspondientes emisiones de carbono para, en tercer lugar, desarrollar una encuesta sobre los cambios realizados durante los últimos cinco años, en la que se consultó tanto a participantes de huertos urbanos como a la población en general sobre sus hábitos de alimentación.

Los resultados obtenidos fueron reveladores. “Nuestro trabajo muestra un potencial de mitigación de más de 205 kg CO2e / persona-año, lo que equivale al 12,1% de la huella de carbono del consumo alimentario”, explica Alberto Sanz Cobeña, otro de los investigadores de la ETSIAAB participantes en el trabajo.  “Escalado a toda la población de Madrid, los cambios de hábitos analizados en este estudio corresponderían a más del 6% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la ciudad de Madrid, o el equivalente a todas las actividades industriales”, añade el investigador del IMIDRA José Luis Cruz, también participante en este estudio.

La reducción del consumo de productos de origen animal, clave para el éxito

Si analizamos qué cambio es el que supone una mayor reducción de las emisiones, destaca la modificación de la dieta y, más en concreto,  la reducción del consumo de productos de origen animal.

“Las encuestas indicaron una reducción moderada (de un 7%, o un 18% en el caso de la carne) en el consumo de estos productos, correspondiente a pasar de un consumo doméstico anual per cápita de 55 kg anuales a 45 kg, más cercano a las recomendaciones actuales en materia de sostenibilidad ambiental y salud (si bien todavía muy por encima). Aun así, la reducción del consumo de productos de origen animal está relacionada con más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero reducidas, y, la reducción del consumo de carne, con el 43%”, explica Ana Iglesias, otra de las investigadora de la ETSIAAB participantes en el trabajo. “Estas reducciones se concentran principalmente en la primera fase de la cadena alimentaria, la producción agraria, si bien los cambios de hábitos analizados tienen efectos positivos (hacia una mayor mitigación del cambio climático) en toda la cadena alimentaria”.

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Otros cambios asociados a reducciones significativas de la huella de carbono son el incremento en el consumo de alimentos de origen nacional o regional, determinante del 18% de la reducción de la huella de carbono, y el aumento de los desplazamientos a pie o en bicicleta en detrimento del vehículo privado (16% de la reducción).

Para los investigadores, la principal ventaja de este trabajo, publicado en Global Food Security  y en el que también han participado el Foro Agrario, IMIDRA y el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo (itdUPM) es la utilidad que puede tener para las administraciones de cara a promover políticas que tengan entre sus objetivos la mejora de los hábitos alimentarios de la población, con una mejora también de su salud y su calidad de vida, y la contribución a la agenda global de mitigación del cambio climático.

“La mala alimentación está detrás de 9 de los 15 principales factores de riesgo para la salud humana. Existe un gran paralelismo entre las características de una dieta saludable y un consumo alimentario ambientalmente sostenible y bajo en carbono. Sin embargo, la implementación de políticas públicas para fomentar hábitos alimentarios sostenibles y saludables continúa siendo un desafío”, explica Eduardo Aguilera, del grupo de Química y tecnología de los alimentos de la ETSIAAB y participante en el trabajo. “Los huertos urbanos podrían  ser una herramienta útil para mejorar el consumo alimentario de forma no intervencionista, y avanzar hacia una mejor salud humana y planetaria”, concluye.

Ivanka Puigdueta, Eduardo Aguilera, José Luis Cruz, Ana Iglesias, Alberto Sanz-Cobena, Urban agriculture may change food consumption towards low carbon diets, Global Food Security, Volume 28, 2021, 100507, ISSN 2211-9124, https://doi.org/10.1016/j.gfs.2021.100507.