Investigadores de la UPM visitan la zona afectada por la erupción del volcán de Cumbre Vieja

El equipo, especializado en gestión de riesgos, ha realizado trabajos de evaluación de campo y ha mantenido reuniones con los técnicos que realizan un seguimiento de la erupción.

06.10.2021

Un equipo de la UPM especializado en gestión de riesgos, liderado por la profesora Belén Benito Oterino (ETSI en Topografía, Geodesia y Cartografía), realizó una visita técnica a la zona afectada por la erupción del volcán de Cumbre Vieja los días 1, 2 y 3 de octubre (Figura 1). El grupo estaba integrado por investigadores de las ETSI de Caminos, Canales y Puertos, ETSI Civil y la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM, con apoyo de las startup UPM : Geolyder y Detektia. Durante la visita, se realizaron trabajos de evaluación en campo y se mantuvieron varias reuniones con los técnicos encargados del seguimiento de la erupción, especialmente del Instituto Geográfico Nacional (IGN).

La actividad volcánica se inició en la zona de Cabeza de Vaca el día 19 de septiembre a las 15.10 hora local después de haberse registrado un intenso enjambre sísmico que comenzó el 11 de septiembre. En efecto, la sismicidad entre los días 11 y 19 fue aumentando en lo referente a la magnitud y frecuencia de sismos, que se iban localizando cada vez más próximos a la superficie y a la zona donde finalmente se produjo la erupción (Figura 2). Esta sismicidad fue acompañada por una deformación del terreno de unos 15 cm en las inmediaciones. El día de la erupción se detectaron 327 terremotos, con un evento de magnitud máxima de 3,8 mbLg y una profundidad de 2 km. acontecido poco menos de 4 horas antes de la erupción.

Con anterioridad al enjambre que finalmente desencadenó la erupción, se habían registrado en la isla 9 enjambres más desde 2017, siendo el ultimo más superficial, con focos que inicialmente se encontraban a unos 20 km de profundidad, pero que fueron migrando rápidamente hacia la superficie, indicando la proximidad del magma y la posible erupción inminente.

Figura 1: Equipo de trabajo desplazado a campo. De izda a drcha: Patrick Murphy (Geolyder), Miguel Marchamalo (UPM-Detektia), Belén Benito (UPM-Geolyder ), Beatriz González (UPM)

 

Figura 2: Mapa de localización de los eventos sísmicos ocurridos desde el día 11 hasta el 19 de septiembre, mostrando las coordenadas de los hipocentros: latitud, longitud y profundidad (z). El código de colores indica la evolución temporal de la sismicidad, desde la fecha de inicio del enjambre (en azul) hasta el dia de la erupción (en rojo). Puede verse que la serie va migrando desde el sur al suroeste y hacia la superficie de la isla. (Fuente IGN, 2021)

Desde la erupción del volcán hasta el día 4 de octubre, la microsismicidad ha sido continua con eventos de magnitud inferior a los 3,8 mbLg y con una localización más hacia el sur de la isla. La mayor parte de los eventos se localizan a profundidad inferior a los 15 km, si bien se aprecia en los últimos días una pequeña serie entre 25 y 40 km de profundidad (Figura 3).

 

Figura 3: Mapa de localización de los eventos sísmicos ocurridos desde el desde el día 20 de septiembre al 4 de octubre de 2021 en La Palma, mostrando las coordenadas de los hipocentros: latitud, longitud y profundidad (z). El código de colores indica la evolución temporal de la sismicidad, desde la fecha de inicio de la erupción volcánica (en azul) hasta 15 días después (en rojo). Puede verse que la serie va migrando desde el suroeste hasta el sur y hacia una mayor profundidad. (Fuente IGN, 2021)

Durante estas dos semanas, se han presentado tres tipos de fases eruptivas, que se han solapado en el tiempo (Figura 4). La primera, la estromboliana, con una mayor explosividad, debida al aporte de gases y que se sitúa en la parte alta del cono volcánico (explosiones con piroclastos). La segunda, conformada por pulsos freatomagmáticos debido a la entrada de agua en el conducto (vapor de agua blanco). Por último, la hawaiana con una emisión continua y menos explosiva de coladas de lavas a altas temperaturas, que confieren al magma una mayor fluidez y cuya aportación ha acelerado el crecimiento de la fajana (delta volcánico formado en la desembocadura de la colada en el mar).

El 1 de octubre, día que comenzaron los trabajos en terreno, se acababa de producir la apertura de dos nuevas bocas al noroeste del cono principal (Figura 3) y a unos 50 metros por debajo del mismo. Estos emisores comenzaron a aportar lava más fluida y desgasificada (erupción tipo hawaiana).

Figura 4: Estado del Volcán en Cabeza de Vaca el día 2 de octubre de 2021. Fuente: Beatriz González-Rodrigo (UPM)

El equipo UPM realizó trabajos de campo adicionales en la colada principal (Figura 5) y en la fajana en formación (Figura 6). Durante los días de campo, el grupo estuvo permanentemente disponible para los técnicos responsables de la erupción. Asimismo, se colaboró con los medios de comunicación desplazados a la zona.

El equipo sigue trabajando sobre la erupción, con el apoyo de las startups UPM, Geolyder y Detektia. Las líneas de investigación conjunta en desarrollo son: 1) modelización de la recurrencia de las series sísmicas ocurridas desde 2017 para detectar variaciones que pueden indicar cambios en el patrón de sismicidad asociado a las diferentes fases pre- eruptivas y eruptiva del volcán y 2) análisis continuo de las deformaciones del terreno realizado con imágenes Sentinel-1 de la constelación Copernicus.

Figura 5: Estado de la colada principal de lava a la altura de la carretera de la Costa el 3 de octubre de 2021. Fuente: Beatriz González-Rodrigo (UPM)

Figura 6: Estado de la Fajana creada por el volcán de Cumbre Vieja el 3 de octubre de 2021. Fuente: Beatriz González-Rodrigo (UPM)