¿Cuáles son los barrios con mayor riesgo de pobreza energética de la ciudad de Madrid?

Villaverde, Puente de Vallecas y San Blas son, según un trabajo desarrollado por investigadores de la UPM y el CSIC, los distritos de la capital que presentan más barrios con habitantes en riesgo de sufrir pobreza energética. Al menos un 6% de la población de la ciudad se encuentra en situación de riesgo crítico.

11.01.2021

La pobreza energética se define como una situación en la que los hogares no pueden acceder a los servicios energéticos esenciales. Con casi 34 millones de europeos que, en 2018,  no podían permitirse mantener sus hogares a una temperatura adecuada, la pobreza energética es un gran desafío para la UE. Pero, ¿y si miramos dentro de la ciudad de Madrid? ¿Cuál es la situación de sus diferentes barrios en relación a la pobreza energética? Un trabajo desarrollado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado los diferentes barrios de la capital e identificado aquellos que afrontan una situación de mayor riesgo y señala que al menos un 6% de la población madrileña, en torno a 215.000 personas, se encuentran en una situación crítica en relación con la pobreza energética.

“La ineficiencia energética se ceba en los edificios más antiguos, situados en áreas residenciales vulnerables. Muchos de ellos contienen hogares con rentas bajas que no tienen la posibilidad de reducir sus consumos si no es a través de la privación de sus necesidades energéticas básicas”, explica Fernando Martín-Consuegra, investigador del Instituto Eduardo Torroja de Ciencias de la Construcción del CSIC y uno de los participantes de este trabajo.

Solape entre la ineficiencia energética de la edificación y barrios vulnerables

La ciudad de Madrid no es ajena a esta realidad. Algunos de sus barrios, por sus especiales características como la concentración de personas mayores, de rentas bajas, de altos costes en las facturas energéticas asociados a la ineficiencia de su parte edificado o de instalaciones de calefacción inadecuadas aumentan el riesgo para sus habitantes de parecer vulnerabilidad energética. Esas características fueron la base del trabajo de los investigadores que, además, incorporaron a su Índice de Pobreza Energética aspectos como el nivel de estudios, la tasa de desempleo, el estado de conservación de la edificación y las carencias en materia de accesibilidad a las viviendas.

“Nuestro objetivo fue desarrollar un índice multidimensional que incorpora aspectos sociales y económicos al análisis de la eficiencia energética de la edificación. Este análisis permite discriminar las áreas con una alta concentración de hogares vulnerables ubicados en edificios con problemas de ineficiencia energética donde es necesario plantear operaciones de rehabilitación urbana que inviertan los fondos públicos y europeos que van a estar disponibles para la transformación verde del sector de la edificación”, añade José Manuel Gómez Giménez, investigador del Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad (GIAU+S) de la UPM y uno de los coautores en este trabajo.
Villaverde Alto, Amposta o Picazo, barrios en situación crítica

Según el estudio elaborado por los investigadores de la UPM, los niveles críticos de vulnerabilidad urbana se unen a valores también críticos en el índice de pobreza energética en seis barrios madrileños: Torres Garrido-Pan Bendito, Picazo, Villaverde Alto Este, Villaverde Alto Sur, San Cristóbal y Amposta. En ellos se combinarían una alta vulnerabilidad socioeconómica con carencias en el estado de conservación de la edificación, una mala accesibilidad residencial y el mencionado índice crítico de riesgo de pobreza energética.

“Los seis barrios señalados tienen altas tasas de desempleo y una proporción de cerca del 20% de residentes con un bajo nivel de alfabetización; además su edificación residencial presenta grandes carencias en el ámbito de la accesibilidad (más del 60% de sus residentes viven en edificios de más de tres pisos y sin ascensor)”, explica Rafael Córdoba Hernández, otro de los investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid que añade que, “además, en dichos barrios, existe un alto porcentaje de edificios que se encuentran en malas condiciones de conservación”.

Chopera, Ventisquero de la Condesa, Ofelia Nieto, Quemadero, Fuencarral, Aluche, Opañel, Abrantes Sur, Plaza Elíptica, Portazgo, Entrevías, Alto del Arenal, el Poblado de Absorción de Hortaleza, Congosto, Vicálvaro o Simancas son otras de las zonas que se encuentran en una situación crítica en cuanto a su Índice de Pobreza Energética.

Entre los aspectos considerados como factor de riesgo por los investigadores se encuentran los  bajos ingresos, altos costes energéticos, ineficiencia energética de sus edificios, población vulnerable, especialmente de más de 65 años y un último indicador que hacía referencia a la relación entre encontrarse en un barrio deprimido y contar con alguno de los indicadores anteriores.

Edificios anteriores a 1979, los más vulnerables

El trabajo desarrollado por los investigadores demostró también que la morfología urbana de los barrios no es determinante para que estos tengan un mayor nivel de riesgo. No sucede lo mismo con la fecha de construcción. “La mayor parte de las zonas calificadas como de riesgo en los barrios madrileños tienen en común que sus edificios se construyeron antes de 1979”, explica Córdoba Hernández.

La persistencia de las situaciones de riesgo es otra de las conclusiones de este estudio que preocupan a los investigadores. “Si comparamos la situación actual con la que había cuando publicamos el Atlas de Barrios Vulnerables en 2008, nos encontramos con que los barrios que entonces estaban en riesgo no han mejorado su situación, lo que llama la atención sobre una situación de pobreza energética que se puede cronificar entre sus habitantes”, señala Gómez Giménez.

Clasificación de la severidad del riesgo de pobreza energética en los barrios vulnerables madrileños

Por todo ello, la apuesta por la remodelación de las ciudades es, para los investigadores, la clave para superar el problema. “Desde hace años, la rehabilitación energética de la edificación es una prioridad para los objetivos de descarbonización de la Unión Europea. La Comisión ha determinado que tras la crisis de COVID-19, la renovación urbana ofrece una oportunidad única para repensar, rediseñar y modernizar nuestros edificios para que se adapten a una sociedad más ecológica y digital y para sostener la recuperación económica. El Pacto Verde Europeo recoge como una iniciativa clave impulsar la eficiencia energética en el sector y cumplir los objetivos atendiendo a aspectos sociales inclusivos y sin dejar a nadie atrás”, concluye Martín-Consuegra.

Ref: Multidimensional index of fuel poverty in deprived neighbourhoods. Case study of Madrid. Energy and Buildings. Volume 224, 1 October 2020, 110205.
https://doi.org/10.1016/j.enbuild.2020.110205