La ETSI Civil UPM acoge la exposición ‘Puentes, arcos y viaducto Martín Gil’

La muestra incluye una maqueta del viaducto que fue récord mundial de ingeniería civil en su época.

20.05.2019

El 'Viaducto Martín Gil' fue construido entre los años 1934 y 1942 para salvar el río Esla en el trazado de la línea férrea entre Zamora y Orense. Recibió este nombre en honor del ingeniero Francisco Martín Gil, autor del proyecto inicial de esta obra singular de ingeniería civil y que falleció antes de su construcción.

Según Jaime Marco, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Civil (ETSIC) de la UPM, con la exposición "hemos intentado poner en valor la Ingeniería Civil española tanto en sus realizaciones como en aquellas personas que lo hicieron posible para mantener viva y actualizada su obra".

La exposición ‘Puentes, arcos y viaducto Martín Gil’ estará abierta al público (incluidos festivos) hasta el día 27 de mayo de 2019 en el aulario de la ETSIC de la UPM. El horario de visita es de 11:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas.

La muestra incluye, además de una extraordinaria maqueta construida por la Asociación Ferroviaria Zamorana, 36 paneles que explican paso a paso el proceso de construcción del viaducto y las noticias y biografías relacionadas con los ingenieros que dirigieron tanto su proyecto como la ejecución del mismo.

Viaducto Martín Gil: una novedosa obra de ingeniería

El viaducto (también conocido como puente de los Cabriles) “se compone de un arco de hormigón armado, que salva una luz de 209 metros, y de dos viaductos de acceso compuestos por dos series de bóvedas de cañón de 22 metros de luz y dos tramos rectos de 7,60 metros. Las obras de construcción no llegó a verlas comenzadas el autor del proyecto por su repentino fallecimiento y en su honor se le dio el nombre por el que se conoce a esta obra Viaducto Martín Gil”, nos detalla José Luis Campano, arquitecto técnico de la UPM, profesor de la Universidad de Salamanca y experto en el estudio de esta obra de ingeniería civil.

El también célebre ingeniero Eduardo Torroja continuó con el proyecto y aportó un cambio decisivo y novedoso en el procedimiento constructivo del viaducto: la colocación de una cimbra metálica triarticulada que sirvió para sustentar los materiales del hormigón armado con los que se iba a construir el gran arco central.

La tecnología que se aplicó fue pionera en la época no solo por la citada cimbra utilizada sino por utilizar procedimientos de construcción que salvaron las temperaturas de diez grado bajo cero que se registraron durante el hormigonado.

Terminado en 1941, el viaducto fue inaugurado en 1942 y en ese momento supuso un récord mundial de longitud en este tipo de construcciones de obra civil.

La simbología de esta construcción ha servido, incluso, para ser el epicentro de una novela: Antaño en Paramollano. Su autor, Alfonso Peláez, mapea literariamente una región imaginaria, Paramollano, para enclavar en su geografía las andanzas de una gavilla de personajes, que terminarán confluyendo en las obras de un extraordinario arco de hormigón, llamado a ser un récord mundial.