Memorias de investigación
Tesis:
COLOR Y ARQUITECTURAS REVOCADAS EN LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO, URBANISMO MANO-NIDO
Año:2016

Áreas de investigación
  • Arquitectura

Datos
Descripción
La memoria oral del sentir del agua es santoral del mito en La Granja de San Ildefonso, que, con participación de Ysabel de Farnesio, la retrata, oficialmente, como Anfítrite en trono al aire libre. En el Cuarto Real incluye su autorretrato como Virgen de Los Desamparados. En el imaginario de ambas imágenes predomina su buen sentido del humor, el de Felipe V y el habitual con que todos los estamentos sociales interpretan controversias de la vida. Las burlas de los juegos de agua del Mar de Ysabel son sutiles, al igual que el nomenclátor de sus estanques y la geometría que los une a manantiales, la linde meridional de la Real Cañada Puente de Las Merinas y las arquitecturas revocadas que pintan, con aire y control dimensional, cuatro tipologías del Renacer. Tres trampantojos realzan los hitos del eje principal de la memoria oral de Ysabel de Farnesio como directora de urbanismo ?mano-nido?. Uno, con ayuda de un espejo y vidrio incoloro de montante, compone un nimbo de un calvario que a los pies tiene un nacimiento. Otro, solo con vidrio incoloro de montante y hojas de puerta ventana, incorpora el de la casa de Baucis al de Cupido Virtud, marido de Mariposa, y al de la memoria oral de San Ildefonso en el Día de Los Desposorios de María Mariesposa, el 23 de enero. El tercero superpone al segundo un círculo de aire que, desde hacia 1960, suple al resplandor inespecífico que, en ilustrados renglones del xix, es relicario de Felipe V el Animoso. En memoria oral, es El Diamantón, pulverizado o perdido durante el vendaval que arrastró, por suelo urbano, la aguja que cosía su cruz al cielo de La Colegiata y al de La Sierra del Dragón, llamada por los árabes Guadarrama ?Río de Piedras o Arenas?. Se asegura que el vendaval derribó la aguja de El Diamantón porque se había colocado mal al arreglar los estragos del gran incendio de 1918. El pararrayos de su cupulín tiene casi la misma cota que El Mar, según medición rigurosa. El desplome consta en historiografía posterior a las postales en las que no aparece la aguja de la cúpula de La Colegiata. Las conocí algo después de aceptar sustituir la encuesta de color urbano por trueque de preguntas y respuestas, manteniendo el anonimato y restringiendo a la explicación imprescindible tanto las grabaciones y fotos como las anotaciones. En los últimos quince años, en la torre occidental de Las Caballerizas de La Reina, el viento ha derribado dos veces la aguja que engarza el cielo urbano con una cruz veleta Cupido. Su flecha es un tridente de rama de tejo. El aire pinta las cuencas de sus ojos y el nudo de su ombligo. Desde hace años, los cuatro delfines de la base de su chapitel esperan recuperar su veleta Cupido
Internacional
No
ISBN
Tipo de Tesis
Doctoral
Calificación
Sobresaliente cum laude
Fecha
11/02/2016

Esta actividad pertenece a memorias de investigación

Participantes

Grupos de investigación, Departamentos, Centros e Institutos de I+D+i relacionados
  • Creador: Grupo de Investigación: Geometrías de la Arquitectura Contemporánea
  • Departamento: Ideación Gráfica Arquitectónica