La solución se basa en un robot hexápodo concebido para un despliegue rápido en situaciones de emergencia. Su configuración de 6 patas y la morfología de las mismas hace que sea capaz de desplazarse por terrenos abruptos y desfavorables, lugares por donde los robots comerciales con ruedas u orugar no pueden. Además es reversible, lo que significa que por si por motivo alguno vuelca, puede seguir desplazándose en esta posición. 

Supone un gran avance respecto a los métodos convencionales en las tareas de rescate porque puede adentrarse más de 3 metros como sucede con las pértigas. Gracias a su sistema de patas, es capaz de superar más obstáculos que otros robots.

Los ámbitos de aplicación afectan a equipos de búsqueda y rescate ante catástrofes: cuerpos oficiales (consorcios de bomberos y Protección Civil), unidades militares (Unidad Militar de Emergencia), organizaciones especializadas (Federal Emergency Management Agency, CRASAR).

“Los equipos de rescate corren un gran riesgo en cada operación, los robots pueden ser sus aliados y anticiparles lo que se van a encontrar”

• Equipos de búsqueda y rescate
• Los equipos de búsqueda y rescate son más efectivos si disponen de información de la zona donde tienen que actuar.
• Automatizar algunas tareas puede suponer ahorro en tiempo, lo que significa un aumento en la posibilidad de encontrar supervivientes.
• La utilización de perros es limitada: necesitan descansar, sufren heridas,...
• Las pértigas que utilizan solo les permiten información puntual y hasta una profundidad de 3 metros.
• Aunque un perro entre, solo puede verificar si ha encontrado un superviviente, no los peligros que se encuentran hasta la misma o la ruta más óptima.
• Es frecuente que los supervivientes necesiten recibir consejos médicos/psicológicos mientras se realiza su salvamento. Necesitan comunicación con el exterior.

• Los equipos de búsqueda y rescate tienen un impacto social muy grande dada la importancia de posibles pérdidas de seres humanos que puede conllevar.
• En 2016 la partida para la UME ascendió a 133M€, de los que 5M€ son en inversión de material. En 2017 asciende a 136M€.
• Se han descubierto dispositivos para encontrar cadáveres en catástrofes que han sido no efectivos (más de 700 unidades del GT200).
• Desde 2001 hasta el año 2014 había un total de 43 intervenciones a nivel mundial con robots. En 2017 ya se ha superado la media de intervenciones debido a los acontecimientos entre agosto y octubre en la zona del Mar Caribe y el Golfo de México.
• El mercado de clientes se sitúa a nivel global.

“Tan importante es salvar vidas en una catástrofe, como que los equipos de rescate no sufran ningún accidente por desconocer los peligros del entorno”

• Es un robot que se ha diseñado específicamente para tareas de búsqueda y rescate, al contrario que otros que se han adaptado para estas tareas.
• Dispone de más alcance que las pértigas convencionales que se emplean actualmente, solo es de 3 metros y no puede entrar en lugares sinuosos.
• No exige un entrenamiento tan costoso ni un cuidado tan exigente como los perros seleccionados para estas tareas. El entrenamiento dura más de 200 sesiones, al que hay que añadir el gasto de los cuidados del perro más el del cuidador.
• Permite mantener un contacto audiovisual con las víctimas mientras son generadas.
• Es capaz de generar una reconstrucción 3D del escenario por el que va circulando para que los equipos de rescate conozcan la situación.
• Posee un sistema de locomoción que es capaz de superar obstáculos como escombros o escaleras.