General, Investigación

Más seguridad en las carreteras gracias a radares inteligentes

Investigadores de la UPM desarrollan un prototipo de radar de tráfico que permite medir la velocidad e identificar a todos los vehículos que circulan simultáneamente por una carretera.

Una investigación realizada en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha desarrollado un prototipo de sistema de radar interferométrico con el que es posible medir tanto la velocidad de los vehículos como el carril por el que circulan usando un único sistema radar. La implantación de este sistema permitiría un control más efectivo y económico de la velocidad en las vías públicas, lo que contribuiría a mejorar su seguridad.

El control de los límites de velocidad en las vías públicas es una tarea crítica para mejorar la seguridad de las mismas, así como reducir el número y gravedad de los accidentes de tráfico. En la actualidad existen varias alternativas tecnológicas que llevan a cabo esa labor, siendo los sistemas radar una de las más extendidas.

Sin embargo, los radares actuales presentan limitaciones para el control de la velocidad en carreteras con varios carriles en el mismo sentido de circulación. Si se utiliza un único radar para este tipo de carreteras, éste debe estar dedicado a un único carril, puesto que de coincidir dos vehículos dentro de la cobertura del radar se podrían obtener resultados erróneos. Un caso típico es aquél en que varios vehículos aparecen en la fotografía, a pesar de que fueran a velocidades muy distintas. El sistema radar no es capaz de distinguir quién de los dos es el que superó el límite, al estar poco espaciados entre sí.

Para solucionar estas situaciones en las carreteras existen varias alternativas; desde controlar sólo el carril de la izquierda, hasta utilizar una batería de radares en los que cada uno cubre un único carril. La primera alternativa no es suficiente ya que nadie garantiza que el infractor circule por ese carril, sobre todo si la carretera está poco transitada. La segunda es muy poco práctica, ya que multiplica el coste del sistema por el número de carriles de la vía.

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