Vida universitaria

“Hay muchas mujeres con ganas, ilusión, fuerza y méritos propios para alcanzar lo que se propongan”

Doctora arquitecta por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, Blanca Lleó, discípula de Sáenz de Oiza y de Moneo, es la primera mujer catedrática del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de este centro de la Universidad Politécnica de Madrid.

Rcordamos la entrevista que la hicimos con motivo del día Internacional de la Mujer Trabajadora,  en la que Blanca Lleó nos habló de su trayectoria y de las oportunidades que tienen las mujeres a la hora de desarrollar una carrera en Arquitectura.

Pregunta: ¿Cómo has conseguido conciliar tu vida personal y profesional para alcanzar todos estos logros?

Respuesta: La conciliación se logra con mucha ayuda, mucho esfuerzo y ánimo, manteniendo siempre el interés y la ilusión. Sin embargo, yo no tengo una situación tan complicada como la que están viviendo los jóvenes de hoy, tanto hombres como mujeres. Para ellos es muy difícil empezar a trabajar y crear un estudio al acabar la carrera porque su situación económica, como la del país, es complicada. La conciliación es mucho más difícil en estos casos.

¿Cómo pueden estos jóvenes organizarse para sacar adelante un proyecto vital en una situación tan inestable como la actual cuando no tienen acceso a las mínimas oportunidades de trabajo y medios económicos para poder desarrollar una actividad profesional o docente? Estamos en una nueva etapa para la conciliación que tiene más que ver con una cuestión generacional que con la de género y ese es uno de los grandes dramas que viven hoy la arquitectura y la sociedad.

P: ¿Cómo valoras la participación de las mujeres en el mundo de la arquitectura? ¿Es más difícil para ellas llegar a puestos destacados?

R: En la profesión hay un acceso más o menos igualitario para hombres y mujeres. La profesional independiente, como en el caso del hombre, tiene que estar constantemente demostrando su valor y convenciendo al cliente para conseguir nuevos proyectos.

Sin embargo, en lo académico funcionan mucho los grupos de afinidad, y como las afinidades se establecen muchas veces por cuestiones de género, hasta hace unos años era mucho más difícil para ellas acceder a uno de esos grupos porque había menos mujeres que hombres en la carrera, una situación que se da más en los puestos de responsabilidad.

Siempre he defendido la independencia absoluta como profesional en el sector y no he querido pertenecer a ningún grupo de poder. Sin embargo, esa independencia es complicada, porque dificulta acceder a puertas que se te abrirían de un modo más sencillo con una vinculación a un grupo. En este sentido, creo que me ha supuesto más trabas ser independiente que ser mujer.

P: ¿Has sentido alguna vez que se te cerraban puertas por ser mujer y arquitecta o que tenías que sacrificar más?

R: Hay cierta dificultad añadida para la mujer. Es cierto que una mujer siempre tiene que demostrar más que un hombre su valía y su profesionalidad. Tienes que hacerte valer constantemente y convencer.

P: Has participado en conferencias y proyectos en países muy diferentes. ¿Está España bien posicionada en lo que a igualdad de oportunidades para hombres y mujeres se refiere? ¿Hay algún país que podamos considerar un referente en este sentido?

R: El modelo a seguir es Estados Unidos. Allí las mujeres arquitectas tienen una fuerza muy superior a la que tienen en España, sobre todo en el mundo académico. Es algo que también sucede en los países nórdicos como Suecia Dinamarca u Holanda. En general, fuera de España, las mujeres arquitectas tienen un peso muy superior al que tienen aquí.

P: ¿A qué se debe esto? ¿Es un problema de mentalidad?

R: Es un problema histórico. En Estados Unidos, las mujeres han luchado desde hace muchos años por lo que querían y lo han conseguido. También se han apoyado unas a otras, algo que no se da aquí porque aún somos pocas. No obstante, empieza a haber más mujeres que luchan por hacerse un hueco, más masa crítica y más modelos de referencia. Gracias a eso la situación está cambiando en España y en la Universidad. Hay muchas mujeres con ganas, ilusión, fuerza y méritos propios para alcanzar lo que se propongan.

P: ¿Qué supone para ti ser la única mujer catedrática en un departamento de tanto peso para la formación de los alumnos como el de Proyectos Arquitectónicos?

R: Es un logro importante al tratarse de una asignatura troncal que se da durante toda la carrera. Sin embargo, no era una prioridad. Siempre quise compaginar la docencia con la actividad profesional, porque considero que son campos son complementarios. Me propuse conseguir una plaza de profesor titular para tener un grupo docente e independencia en la forma de enseñar. Una vez conseguido, tenía todo lo que necesitaba para poner en marcha mi proyecto docente.

La cátedra era un paso más que me planteé como un reto porque no había ninguna mujer catedrática en el Departamento y consideraba necesario que estuviéramos representadas. Me lo planteé como una responsabilidad porque ahora mismo hay más mujeres que hombres en la carrera y creo que es necesaria esa normalidad en la representación en las cátedras. Mi objetivo fundamental era abrir camino y que si no lo conseguía yo, otra profesora siguiese mis pasos. Estoy muy satisfecha de haberlo logrado.

P: ¿Crees en la discriminación positiva para garantizar el acceso de las mujeres a puestos de importancia?

R: La discriminación es indeseable en cualquiera de sus formas. No obstante, ha habido muchos años de discriminación positiva a favor de los hombres que seguimos soportando. Se trata de normalizarlo e igualar las posibilidades de ambos colectivos. Hay que reequilibrar la balanza y de llegar al objetivo último, que debe ser que gane el mejor con juego limpio e igualdad de opciones, algo que no ha habido hasta ahora.