Estudiantes

“Me gustaría poder compaginar la ingeniería con la escritura”

Pablo Sánchez, ingeniero de Telecomunicación por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la UPM, espera leer su Proyecto Fin de Carrera en los próximos meses. Considera pretencioso llamarse a sí mismo escritor, pero ya ha publicado un libro “Cortos americanos” que, además, ha tenido una buena acogida entre el público y la crítica.

En esta entrevista nos da su visión sobre la literatura y explica cómo compagina los estudios con su afición por la literatura.

Pablo Sánchez

P: Estudias ingeniería de telecomunicación y, además, eres escritor. ¿Cómo se conjugan estos campos, en principio, tan dispares?

R: Quizá la separación entre “ciencias” y “letras” no sea tan clara, o al menos a mí no me lo parecía cuando estaba en el Instituto. Es cierto que disfrutaba con la Historia, la Filosofía o la Literatura; también había algo que me atraía en las Matemáticas y en la Física.

Tengo la sensación de que la preparación como ingeniero me está ayudando bastante. Cuando escribo me gusta relacionar ideas inconexas en un principio –creo que esto se observa más en los pequeños artículos de mi blog que en los relatos-, no es tanta la distancia que separa la resolución de un problema de la decisión de interrumpir en el momento adecuado el curso de lo que  se cuenta en un escrito.

En algunos de los cuentos de “Cortos americanos” casi cada palabra importa, quizá esta voluntad de ser extremadamente preciso esté relacionada con la formación que imparte la ETSI de Telecomunicación.

P: ¿Por qué escritor y por qué ingeniero de telecomunicación?

R: Siempre me gustó redactar. Lo cierto es que hasta hace unos años, no demasiados (cuatro o así), no sentí necesidad de escribir; creo que la tarea de “escribir literatura” es extremadamente difícil y nunca debe darse por supuesto que lo que escribimos interesa o tiene alguna clase de valor o es “pertinente”. No sé, siempre fue algo que estuvo ahí latente de alguna manera.

Como ya he comentado, las Matemáticas y la Física en sí me gustaban en Bachillerato. Cuando llegó el momento de tomar una decisión pensé que el cursar una carrera de ingeniería no era incompatible con la Literatura ni con ningún otro interés. Aunque no haya destacado en muchas asignaturas, sí que he aprendido cosas de las que me hubiera gustado saber más.

P: “Cortos americanos” – tu primer libro- ¿Qué tal ha sido su acogida? Con la publicación del libro, ¿has cumplido un sueño o es la primera piedra hacia….?

R: Aún no tengo cifras concretas en cuanto a ventas. El libro llegó a estar a la venta en casi medio centenar de librerías “físicas”;  en Internet es posible adquirirlo a través de la Fnac, La Casa del Libro, Amazon… Me hizo especial ilusión encontrarme con una reseña positiva de una revista digital que no conocía.

La publicación del libro ha sido algo inesperado, me siento afortunado. He presentado el libro en Madrid y en mi pueblo (en Moguer, en la casa en la que vivió el poeta Juan Ramón Jiménez), he firmado ejemplares en la última Feria del Libro de Madrid… El mero ejercicio de la escritura y lo vivido hasta el momento ya compensan, seguiré escribiendo.

P: Define tu estilo literario

R: Dice Vargas Llosa que un estilo no es ni bueno ni malo, sólo más o menos efectivo. Tuve la suerte de que las frases cortas, la ausencia de adjetivos y metáforas, la falta de paréntesis, guiones o signos de interrogación encajó bastante bien con la atmósfera de los relatos. Lo curioso es que, hasta ese momento, mi manera de redactar no era en absoluto minimalista.

P: ¿Es fácil compaginar tus estudios con la literatura?

R: Es complicado en ocasiones. La actividad literaria exige, en la mayoría de los casos, una dedicación casi exclusiva. No me refiero sólo al tiempo que empleas delante de una pantalla o de una libreta, más bien al tiempo de “ocupación mental” que exige. A pesar de todo, creo que ambas actividades son compatibles y no es difícil encontrar ejemplos de personas que compaginan su trabajo o sus estudios con su verdadera pasión.

 

 

Portada del libro “Cortos americanos”.

 

P: Ingeniería de telecomunicación, no es, a priori, una carrera en la que tus aptitudes literarias te permitan sacar ventaja en exámenes, etc… ¿Has tenido alguna anécdota al respecto en la carrera?

R: Me ha ayudado en algunas asignaturas de Libre Elección, puede ser útil a la hora de redactar memorias o informes. Cuando presenté el libro en Madrid envié por correo electrónico la invitación a aquellos profesores con los que había tenido cierta relación. Algunos me contestaron de una manera que no esperaba, me hizo ilusión. Dos de ellos acudieron al acto sin avisar, significó mucho para mí. Uno de ellos me dijo que esperaba que se me diese mejor Faulkner que Fourier…

P: Estudiante de ingeniería de telecomunicación y escritor. ¿Crees que ha variado el prototipo (perfil) de estudiante de ingeniería o, eres un rara avis en la Politécnica de Madrid?

R: No creo que sea alguien especial en nuestra universidad. Durante estos años he conocido a gente que ha acabado por ser muy importante para mí;  te aseguro que son mucho más que personas capaces de programar en C o de arreglarte el ordenador. Cada vez estoy más convencido de la importancia de conocer a alguien antes de ponerle una etiqueta. Casi todo el mundo que he conocido me ha sorprendido de alguna manera; a veces pienso que hay algo hermoso en tener una afición o un talento y sólo compartirlo con aquellas personas a las que consideras especiales.

P: Por último, ¿dónde te ves en unos años: en una multinacional TIC o delante de tu escritorio escribiendo una novela?

R: Me gustaría poder compaginar las dos cosas de alguna manera. Me he dado cuenta de que en la Ciencia -el ser capaz de entender, de explicar o de predecir tal cosa- se puede encontrar una belleza que se asemeja a aquélla a la que aspira el Arte. Si tuviese que elegir, me gustaría ganarme la vida con lo que escribo; soy consciente de que es algo prácticamente imposible.

“Cortos americanos” (Leer cuentos incluidos en el libro)