Esta nueva tecnología permite incrementar la oferta educativa, con prácticas que no serían factibles por razones de seguridad, su coste o las dificultades derivadas de los propios procesos.En un laboratorio virtual, el estudiante puede modificar el genoma de un chopo para hacerlo más resistente a ciertos hongos, programar el riego de parcelas de maíz a lo largo del tiempo, configurar circuitos eléctricos y a la vez interaccionar en remoto con sus equipos reales, obtener disoluciones químicas especificas, hacer preparaciones histológicas o guiar un helicóptero. Estos son algunos de los ejemplos de experimentación en 3D que pueden realizar los estudiantes de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Las prácticas virtuales emulan experiencias presenciales o reales de la actividad educativa y pueden realizarse desde cualquier lugar con conexión a Internet y en cualquier momento.
A través de su avatar, es decir, de su personaje dentro del mundo virtual, el estudiante o usuario puede realizar estas prácticas desde la plataforma del Servicio de Laboratorios Virtuales UPM en el horario que desee. Solo necesita un ordenador con acceso a Internet y un visor 3D gratuito.
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