Descripción
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El proceso de urbanización genera un modo de vida que lo abarca prácticamente todo. Esta ausencia de frontera determina que el ecosistema urbano solo pueda ser definido en función de un gradiente de urbanización: intensidad de edificación, infraestructuras, actividad, movilidad, articulación del medio e impacto ecológico. Esta investigación delimita el área urbana funcional madrileña a través de datos de commuting del Censo 2011. Su territorio equivale a una circunferencia de hasta 80 Km. de radio y su análisis plantea tres grandes retos. Primero, coordinación intermunicipal. El proceso de urbanización extensiva se ha intensificado durante las décadas estudiadas: en la primera un 25% de la nueva población apostó por ubicarse en un radio superior a 25 km. del centro funcional, en la siguiente este porcentaje superó el 40%. Frente a esta desproporcionada artificialización de suelo es fundamental que exista una planificación territorial capaz de superar las lógicas competitivas. Segundo, desigualdad urbana. La tradicional fractura socioespacial entre el noroeste y sureste madrileños se ha incrementado sensiblemente. La evolución de indicadores edificatorios, urbanísticos y socioeconómicos lo corrobora. Tercero, sostenibilidad ambiental. Los actuales episodios de contaminación atmosférica están generados por un modelo de movilidad protagonizado por el coche privado. Mientras no exista una alternativa limpia y temporalmente asumible en términos racionales, no se estará haciendo ningún cambio estructural para paliarlo. Sin embargo, las zonas de alta densidad residencial, que más optan por el transporte público, son aquellas desde donde más se tarda en ir a trabajar. | |
Internacional
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Si |
DOI
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10.26754/uz.9788417358853. |
Edición del Libro
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Editorial del Libro
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Universidad de Zaragoza |
ISBN
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978-84-17358-85-3 |
Serie
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Título del Libro
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"II Congreso Internacional ISUF-H Zaragoza 2018" |
Desde página
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