Descripción
|
|
---|---|
En condiciones ideales las plantas cultivadas pueden producir altos rendimientos, pero tales condiciones raramente ocurren. En general, los cultivos se ven afectados por estreses bióticos y abióticos que merman la producción. Se estima que las pérdidas mundiales debidas a enfermedades, plagas y malas hierbas oscilan entre el 31 y el 42 % (Agrios, 2005). No obstante, las pérdidas pueden ser dramáticas en algunos casos particulares. Además, las enfermedades producidas por bacterias, virus u hongos pueden afectar a la calidad del producto, producir efectos tóxicos en humanos y animales (como es el caso de las micotoxinas fúngicas) o incluso impedir completamente determinados cultivos en algunas áreas (Agrios, 2005). Las enfermedades producidas por bacterias son particularmente difíciles de controlar debido fundamentalmente a dos razones: 1.- las bacterias se reproducen exponencialmente en condiciones favorables alcanzando grandes poblaciones en el interior o en la superficie de las plantas. 2.- al contrario que en el caso de los hongos, hay muy pocas sustancias agroquímicas efectivas contra estas enfermedades. Tradicionalmente el cobre se ha empleado como fitosanitario, aunque las poblaciones de bacterias desarrollan fácilmente resistencia a este elemento. Alternativamente se han empleado algunos antibióticos como la kasugamicina, con el riesgo que esto supone por el desarrollo de cepas resistentes. | |
Internacional
|
No |
Entidad
|
|
Lugar
|
|
Páginas
|
|
Referencia/URL
|
|
Tipo de publicación
|
Sociedad Española de Microbiología: ESPECIAL |