“¿Nos podríamos imaginar un solo día sin música?”

Este es el leitmotiv que mueve a los más de 70 universitarios que integran la Orquesta UPM. Puesta en marcha hace tres años, la orquesta ya ha ofrecido un concierto en el Auditorio Nacional.

30.05.19

Lucía estudia Ingeniería Naval, y Daniel, Ingeniería de Minas y Energía en la Universidad Politécnica de Madrid. Pero a ambos les une otra pasión, la música, algo “necesario en nuestro día a día”. Así lo describe Alejandro Puerta Cantalapiedra, director de la Orquesta UPM y promotor de este proyecto puesto en marcha hace tres años.

“Siendo estudiante de Arquitectura y músico quería que mi universidad brindara la oportunidad de tener una agrupación de personas unidas por la música”, explica. “Después de alguna intentona fallida, y sirviéndome de la experiencia de haber montado una orquesta previamente, la JOECOM, conseguimos lanzar el proyecto en un periodo realmente corto de tiempo”. En su primera convocatoria, llegaron a recibir más de 100 solicitudes y ahí se dieron cuenta de que “realmente era un proyecto que necesitaba la universidad y sus estudiantes”.

Actualmente, la Orquesta UPM está formada por 75 músicos de diferentes carreras, como Lucía y Daniel. La mayoría son estudiantes de la UPM, aunque también participan músicos de otras universidades y del Real Conservatorio Superior de Música. Después de tres años en marcha han recibido cerca de 250 solicitudes para poder formar parte de la misma.

Desde sus inicios, la orquesta surgió como un proyecto adaptado a los estudiantes. A pesar de que son muy buenos músicos, cuenta Alejandro, hay que ser consciente de que no se dedican profesionalmente a ello y no le pueden dedicar al instrumento las mismas horas que un estudiante de música. Igualmente con el calendario, respetando siempre los exámenes. “Pero también tiene cosas muy positivas, como la multiplicidad de perfiles que tenemos y el gran grupo humano que se crea, pues la orquesta es vista como un momento de desahogo después de toda la semana de clases y esas ganas e ilusión se palpan en cada nota que dan”.

En el caso de Lucía González, que cuenta con el grado profesional de violonchelo, compatibiliza ambas tareas preparándolas desde el principio. “Es más fácil con la orquesta al exigir una dedicación menor que la carrera, por lo que estudio las partituras con mucha antelación”, afirma. “Pese a exigir cierto compromiso, la orquesta me permite estudiar mi carrera a la vez que poder hacer muy buena música”, comenta.

Una afición que nos conmueve a tod@s

Esta estudiante de Ingeniería Naval decidió incorporarse a la orquesta porque, “aunque no me quiera dedicar a la música, es un aspecto importante en mi vida que no me gustaría perder nunca”. En esto coincide Daniel Corcho, estudiante de Ingeniería de Minas y Energía y del grado medio de enseñanzas profesionales de música. “Vi un anuncio de que había pruebas de acceso, y como a mí me encanta la música, decidí unirme a la orquesta para poder disfrutar de una afición que nos conmueve a tod@s”, afirma.

 

Lucía González y Daniel Corcho

Y es que la música es común a todas las profesiones y a todas las personas, sean del perfil que sean. “Siempre se habla de la relación de la música con las matemáticas y, por ende, con las ingenierías o arquitecturas, pero yo creo que es otra cosa”, dice Alejandro. “La música está relacionada con nuestra forma de sentir, de percibir, y por ello tanto ingenieros como abogados o médicos la practican. ¿Nos podríamos imaginar un solo día sin música?”

Orquesta UPM, un vehículo de creación artística para los jóvenes

Para su director, estos tres años han sido “muy intensos pero de gran aprendizaje”. “Creemos que es un proyecto que está dotando a la universidad de cultura, haciendo ver a su comunidad que los estudiantes de la UPM son multidisciplinares y con gran talento, también, para las artes”, afirma Alejandro.

La culminación de estos tres años de trabajo ha sido el concierto ofrecido en el Auditorio Nacional, el “gran templo” musical a nivel nacional. Fue el escenario además del estreno de una obra de Jorge Grundman, también profesor de la UPM. “Fue una de nuestras grandes propuestas desde la creación de la orquesta. Queríamos involucrar a la mayor parte de la comunidad UPM en la orquesta, y tener el privilegio de contar con personas como Jorge Grundman o Pedro Vilarroig, ambos compositores y profesores de la UPM, es algo que teníamos que aprovechar”, cuenta Alejandro.

Respecto a sus próximos retos, Alejandro lo tiene claro: “que el proyecto siga creciendo y, sobre todo, consolidarlo”. A corto plazo, “nos planteamos que musicalmente la orquesta siga evolucionando, que pueda seguir ofreciendo grandes conciertos a la comunidad universitaria y que sea un vehículo de creación artística para los jóvenes”.

En este sentido, ya ha tenido lugar el debut de la Banda Sinfónica de la UPM, una iniciativa que surge a raíz de la orquesta, pues son muchas las solicitudes recibidas para formar parte de la misma y pocas las plazas que se pueden ofrecer. Por ejemplo, la orquesta puede contar, como máximo, con 4 clarinetes, y son cerca de 40 las solicitudes recibidas de este instrumento. “Por ello vimos que crear una banda, una agrupación que diera cabida a todos estos instrumentos de viento, podía ser la opción adecuada y serviría además para crear otro núcleo cultural en la UPM”, concluye Alejandro.