"Yo también estudié en CEPADE"
Alicia, José Luis y Rafael cursaron en diferentes años un MBA en CEPADE, pero coinciden al decir que la experiencia de aprendizaje aportó una visión global de la actividad de una compañía y les permitió afianzarse en sus áreas de interés.
20.05.11
No vienen del área de administración, pero encontraron su espacio dentro de distintas empresas con un bagaje de estudios ajeno al de los negocios. Las ganas de crecer los llevaron a seguir formándose y Alicia, José Luis y Rafael se apuntaron en un MBA en CEPADE- UPM.
Alicia, la vocación por el cliente
“Me gustaban los aviones”, dice la asturiana Alicia Gutiérrez entre risas, mientras intenta explicar el descomunal giro que dio a sus estudios de Filología Inglesa para ingresar en el mundo de la empresa. Al finalizar la carrera, había claramente dos grandes caminos: la investigación y la docencia. Pero ella no quería dar clases, sino convertir el idioma en una herramienta más dentro de un ámbito internacional de trabajo.
Empezó en el departamento de Motores de Iberia. “Me interesaba la relación con el cliente”, dice. ¿Por qué se apuntó en el MBA de CEPADE? La necesidad de alcanzar un dominio global de los temas vinculados a la empresa y las ganas de progresar dentro de su compañía, en especial en el área comercial, la llevaron a buscar mayor formación.
“Quería tener un conocimiento de marketing, dirección, gestión, calidad, administración, recursos humanos, facturación; en definitiva, toda una serie de aspectos que surgen en cualquier conversación con un cliente y que están relacionados con la vida diaria de una empresa”, relata. Alicia finalizó su máster en 2004. Desde hace cuatro años, trabaja en Flightcare y, actualmente, se desempeña como responsable comercial nacional de Carga Aérea del grupo en Madrid.
José Luis, las responsabilidades de gestión
Hizo los primeros exámenes del MBA de CEPADE cuando todavía vivía en Barcelona, donde nació. Allí, en la Universidad Politécnica de Cataluña, José Luis Montesino había estudiado ingeniería de Telecomunicaciones. “Durante la carrera, había recibido una formación técnica muy específica, con dos asignaturas orientadas a la empresa, y me hacía falta un enfoque más generalista, que abarcara contabilidad, finanzas, gestión, recursos humanos, marketing; temas fundamentales en una compañía“, señala.
Fue hace doce años. José Luis trabajaba en Telefónica, donde hoy se ocupa de la Gerencia de Servicios Básicos de Comunicaciones en Madrid. “Si quieres una responsabilidad de dirección, debes tener un background que te permita conocer la empresa de forma global, una posibilidad que te la da un máster”, sostiene.
El balance que hace José Luis de la experiencia de aprendizaje es positivo y eso que, como dice, en aquella época, si bien ya estaba arraigada la comunicación por Internet, alumnos y profesores no hacían un uso de los foros tan frecuente como en la actualidad ni existían las comunidades que han permitido las redes sociales. “Faltaba interacción y el hábito de encontrarse en la web, algo en lo que ahora estamos todos mucho más preparados y que se está consiguiendo desde la escuela de negocios”.
Rafael, la empresa propia como proyecto
Pertenece a la promoción más reciente del MBA de CEPADE. Terminó su máster en 2010. Rafael Moreno había hecho su primera formación en la Universidad Politécnica de Madrid donde estudió ingeniería técnica de Obras Públicas. “Cuando pensé en un posgrado orientado a la empresa, lo hice porque quería llevar adelante mi propio negocio, relacionado con la construcción, y afianzarme más en la compañía donde me encuentro“, explica.
Rafael está a cargo de la Dirección de Operaciones y Sistemas de Red de Ineco-Aena, área que se ocupa de los servicios de certificación de seguridad aeroportuaria. “Más allá de las herramientas que te brinda para desarrollarte dentro de una compañía, el máster te posiciona de una manera distinta dentro de ella y te permite hacer otros aportes”, analiza.
Para alguien que viene de una ingeniería, explica, el MBA significa la posibilidad de pasar profesionalmente de las funciones técnicas a las de gestión. “Te abre la mente porque te da una visión completa del proceso de la empresa, con conocimientos en economía, marketing y la dirección, que te ayudan a comprender la dinámica de la compañía a la que perteneces y el mundo de los negocios en general”, asegura.