Demuestran que la cuerna de ciervo en crecimiento es un anticancerígeno general y sin efectos secundarios

Investigadores del CTB-UPM y la UCLM participan en un estudio que ha identificado el poder anticancerígeno del extracto de este tejido en cultivos celulares de glioblastoma (tumor cerebral), cáncer de colon, mama y leucemia, además de en ratones con glioblastoma.

21.05.2024

Un trabajo internacional en el que ha participado la investigadora del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Carmen Ramírez Castillejo, ha demostrado el importante potencial de la cuerna de ciervo en crecimiento (DVA por sus siglas en ingles), como tratamiento anticancerígeno al reducir en un 61-66% el peso del tumor en ratones con glioblastoma humano, y necrosar de manera generalizada la parte que queda del tumor lo que podría haber llevado a su desaparición de seguir el experimento. El estudio ha sido liderado por la Universidad de Castilla la Mancha y en él han participado también la universidad italiana de L’Aquila y el Departamento de Investigación del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete.

El trabajo, publicado recientemente en la revista Pharmaceutics (top 10% en farmacología), muestra además los efectos positivos del extracto de cuerna de ciervo en todas las líneas celulares estudiadas (de tumores primarios o reincidentes, sensibles o resistentes a la quimioterapia) de cuatro tipos de tumores: glioblastoma (tumor cerebral), cáncer de colon, mama y leucemia. En las 10 líneas tumorales estudiadas produjo mortalidad, pero no en células sanas.

La cuerna de ciervo es especial porque tiene el crecimiento más rápido de cualquier tejido animal (de 1 a 4 cm/día), lo que se basa en protooncogenes (similares a los oncogenes del cáncer). Fue esa característica lo que llevó a los investigadores a estudiar su capacidad para reducir el tamaño de los tumores. Aunque ya se realizó un estudio anterior en cultivos celulares de glioblastoma en 2021, este es el primer estudio amplio que utiliza la misma metodología en cultivos celulares de distintos tipos de tumores, además de probarlo en un organismo vivo en ratones.

Tal como explica el Dr. Louis Chonco, uno de los participantes en este trabajo: “los estudios en cultivos celulares muestran los efectos directos del DVA en las células. Al realizar un estudio con glioblastoma en ratones, no solo podemos ver cómo se modula el efecto anticancerígeno en el cuerpo, sino que podemos estudiar como interacciona el extracto con el sistema inmunitario, algunas de cuyas células atacan el cáncer, pero otras promueven la tolerancia del sistema inmunitario al tumor. Lógicamente, el sistema inmunitario de estos ratones no funciona al 100%, porque si no, no crecería un tumor humano, pero aun así podemos estudiar su reacción”.

Reducción de tamaño y necrosis alrededor del tumor

El trabajo ha contado con la financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer en Albacete. Su estudiante de doctorado en la UCLM, Nicolás Alegría (que también trabaja habitualmente en el laboratorio del CTB), se muestra optimista con los resultados en cultivos celulares: “Probamos el DVA en 4 líneas de cáncer colorrectal (DLD-1, HT-29, SW480 y SW620), tres de cáncer de mama (MCF7, SKBR3 y PA00) y, en colaboración con el grupo de L’Aquila, en las de glioblastoma U87MB y U251 y la de leucemia THP-1. Algunas son de crecimiento rápido, otras lento; algunas son sensibles a la quimioterapia y derivan de un tumor primario (primera aparición), otras son quimio-resistentes y derivan de un tumor secundario. El DVA fue efectivo en todas las líneas con un promedio de mortalidad del 20-40%. Salvo algún caso puntual, no afectó a las células sanas y redujo la capacidad de metástasis de todas las formas de tumor”

Una parte importante de los resultados provino del examen histológico y de la expresión génica. Tal como indica Carmen Ramírez Castillejo “el resto que queda del tumor muestra necrosis licuefactiva. Se muere. Esto se vio tanto en las células del tumor como en los vasos sanguíneos rotos que lo alimentan. Además, el estudio de las citoquinas (moléculas utilizadas en comunicación entre células) mostró que el DVA aumentaba la expresión de genes relacionados con el ataque inmunitario al tumor, mientras que redujo la de genes que inducen la tolerancia inmunitaria y permiten su crecimiento”.

Para los investigadores, otro de los efectos más impactantes se encontró en el experimento con ratones con glioblastoma humano (injertado bajo la piel).

Tal como indica el Dr. Landete, catedrático de la UCLM y coordinador del trabajo: “En colaboración con el grupo del Dr. Festuccia, administramos el DVA inyectado o vía oral. Contrariamente a lo que pensábamos, a pesar de digerirse por vía oral, el DVA fue casi tan efectivo como inyectado, reduciendo el peso del tumor un 61% frente al 66% intraperitoneal. Contrariamente a lo que pensaba, a pesar de digerirse por vía oral, el DVA fue casi tan efectivo como inyectado, reduciendo el peso del tumor un 61% frente al 66% intraperitoneal. Esto es importante porque una futura medicina basada en una proteína o biomolécula del DVA podría suministrarse en pastillas. El bazo, que es un órgano relacionado con el sistema inmunitario, redujo más su peso cuanto más se reducía el tumor”.

Buscar la molécula adecuada para crear un fármaco

¿Sería posible utilizar el extracto de cuerna como tratamiento? El Dr. Andrés García, con una experiencia de 30 años en el estudio y manejo de los ciervos de la granja de la UCLM, lo explica: “En Nueva Zelanda y otros países ya se venden píldoras de polvo de cuerna en crecimiento como complemento nutricional. Sin embargo, una medicina requiere tener una única sustancia con un efecto en la salud y efectos secundarios conocidos, además de tener una concentración constante. El extracto no cumple con los requerimientos de una medicina. El objetivo de esta línea de investigación es dar los primeros pasos para encontrar la molécula o moléculas que tienen el efecto, y que un día una empresa farmacéutica la produzca como tratamiento anticancerígeno de amplio espectro y sin efectos secundarios”.

¿Cuáles son los siguientes pasos de esta línea? Tal y como indican los investigadores, se están trabajando en cultivos de células inmunitarias humanas para ver si el DVA aumenta su proliferación, además de otros efectos. Asimismo, aún se debe comprobar los efectos que produce la cuerna de ciervo en un ratón con su sistema inmunitario completo, lo que quiere decir que el tumor no puede ser humano.

“En este experimento es importante no solo saber qué efecto produce el DVA en el tumor, sino también comparar dos controles sin tumor para ver qué efectos produce el DVA en el sistema inmunitario si no hay tumor”, concluyen.