Llega la cuarta generación (4G) de comunicaciones móviles
Profesores de la ETSI de Telecomunicación de la UPM explican por qué la nueva generación (4G) constituye un cambio muy significativo.
12.06.13
Por JOSÉ MANUEL RIERA SALÍS y LUIS MENDO TOMÁS
En las últimas semanas, las principales empresas operadoras de comunicaciones móviles en España han anunciado el próximo lanzamiento al mercado de servicios “4G”, lo que significa que la Cuarta Generación de comunicaciones móviles está ya llegando a nuestro país. Una nueva generación se define por representar un salto tecnológico, no una simple evolución de la tecnología ya existente, y por proporcionar servicios a los usuarios que no se podían ofrecer en anteriores generaciones. Se trata por tanto de un paso significativo en los sistemas de comunicaciones móviles. Esta nueva tecnología empezará a estar disponible para los usuarios de manera paulatina.
Para que una nueva tecnología de radiocomunicaciones pueda desplegarse, es necesario que se combinen la disponibilidad de bandas de frecuencias y de equipamiento necesario para su uso. En cuanto a las frecuencias, en los años 2010 y 2011 se produjo en España una re-ordenación de las frecuencias asignadas a comunicaciones móviles, acompañada de procesos de licitación (concursos y subastas) y cambios de uso de algunas bandas (re-farming), que eliminaron la obligatoriedad de utilizar el sistema 2G GSM/GPRS en las bandas clásicas de 900 y 1800 MHz. Tras estos procesos, un buen número de empresas obtuvieron disponibilidad de frecuencias en bandas susceptibles de ser utilizadas por sistemas de la nueva generación, en particular las bandas de 800, 1800 y 2600 MHz. La banda de 800 MHz, usada actualmente por la televisión digital, quedaría libre en enero de 2015, aunque el gobierno actual ha adelantado ese plazo a enero de 2014. Por tanto, la disponibilidad de frecuencias está garantizada.
Por otra parte, los equipos, tanto de estaciones base como de terminales móviles, están ya disponibles desde hace algún tiempo. De hecho, en algunos países, sobre todo fuera de Europa, existen ya despliegues significativos de redes del nuevo sistema LTE (Long Term Evolution), que marca el camino hacia la Cuarta Generación. Este sistema ha sido estandarizado en un ámbito internacional por el grupo conocido como 3GPP, en el que participa de manera muy importante el ETSI (Instituto Europeo de Normalización de las Telecomunicaciones). Puede decirse que LTE es el heredero del proceso de estandarización iniciado hace 30 años en Europa con la creación del grupo GSM, con la diferencia de que ahora este proceso se ha vuelto global. Por primera vez, en esta nueva generación parece que habrá un sistema de comunicaciones móviles único que se desplegará en todo el mundo, aunque con diferentes ritmos, y con bandas de frecuencias adaptadas a la regulación de las diferentes zonas del mundo.
El sistema LTE constituye técnicamente una ruptura con los sistemas anteriores: tanto en la comunicación radio, que utiliza un complejo sistema de asignación de recursos en las dimensiones frecuencia-tiempo (OFDMA) como en la red interna, que converge completamente con los protocolos del mundo de Internet (IP). A la primera versión seguirán otras más avanzadas (LTE-A, LTE-B, etc…) que cumplen completamente con los requisitos fijados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones para la Cuarta Generación de comunicaciones móviles.
Los operadores de comunicaciones móviles se beneficiarán de ahorros en coste derivados de la convergencia con el mundo IP y de una estructura de red más sencilla, con menos elementos. Si se combina este ahorro en costes con una capacidad muy superior de cursar tráfico, se concluye que el coste final por bit transportado será mucho más favorable que en las redes actuales, facilitando así el crecimiento del tráfico de datos sin un incremento proporcional de las tarifas, lo que no sería aceptado de buen grado por los clientes.
En cuanto a los usuarios, se verán favorecidos por unas velocidades binarias más altas, que permitirán mejorar los servicios actuales y desarrollar muchos otros que en la actualidad encuentran limitaciones en la velocidad. Es importante también la reducción de los tiempos de respuesta de la red, de manera muy significativa, lo que permitirá la implantación de servicios que requieren respuestas en tiempos muy reducidos, tanto los destinados al ocio (juegos en red) como otros destinados a múltiples aplicaciones profesionales.
En definitiva, la nueva generación (4G) constituye un cambio muy significativo, cuya trascendencia aún no estamos en condiciones de evaluar. Cuando comenzaron los despliegues de la Tercera Generación y de las redes Wi-Fi, hace algo más de diez años, no podíamos prever que facilitarían el gran desarrollo de los smartphones y de las aplicaciones que vivimos actualmente. Tendremos aún que esperar algunos años para ver qué nuevos productos y servicios se derivan de esta nueva generación que comienza ahora en España.
* José Manuel Riera Salís y Luis Mendo Tomás son profesores titulares del Departamento de Señales, Sistemas y Radiocomunicaciones de la ETSI de Telecomunicación de la UPM.