La sociedad se compone de los recuerdos: en memoria de Alejandro Orero

El pasado mes de agosto murió Alejandro Orero. Tenía 52 años y era catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid. En ella ha sido recordado como lo que era “brillante, inteligente y repleto de valores”, en definitiva, una persona buena.

“La muerte es algo tan raro que, a pesar de lo que nos dice la experiencia, no la consideramos posible en aquellos a quienes queremos, y siempre irrumpe como algo increíble e inesperado”.

Homenaje a OreroIncreíble e inesperada como la describe Goethe, se recibió la muerte de Alejandro Orero en la Universidad Politécnica de Madrid, en especial en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la que fue director.

Un homenaje en este Centro ha reunido a su familia, colaboradores y profesores de la Politécnica madrileña para recordar la personalidad del catedrático, “hombre de Universidad y Empresa, con gran capacidad de trabajo, creativo, valiente, adelantado a su tiempo… y que sabía de casi todo”, evocó Gloria Picazo, secretaria de GIO.

Alejandro Orero era director del Grupo de Ingeniería de Organización desde 1987, y de la Cátedra de Telefónica Movistar de la UPM desde 1999. A los 25 años tenía ya el grado de Doctor, y era catedrático a los 31. Director y profesor de diversos Programas Master y de Especialización, también fue impulsor de la Plataforma ARFO de Teleformación de la UPM.

Javier Uceda, rector de la Universidad Politécnica de Madrid, presidió este acto en el que intervinieron el profesor Vicente Alcocer, que valoró el currículum académico y la trayectoria profesional de Alejandro Orero; el investigador mexicano Luis Arturo Rivas, que aprendió de él  “el sentido de la austeridad y del deber” y “a decir lo que quiero y lo que siento”; y Rafael Portaencasa, ex –rector de la UPM, quien calificó a Orero, al que contó entre sus alumnos, como uno de los mejores profesores de la Universidad española.

En representación de Telefónica Móviles intervino Cayetano Lluch. Destacó su capacidad profesional de innovación, compromiso y dedicación a la formación del ingeniero en materia de la administración de empresas. Con una carta póstuma se despidió de su compañero, Guillermo Cisneros, director de la ETSI Telecomunicación, responsabilidad por la que ambos compitieron en las últimas elecciones.

A ellos se sumó el rector de la UPM quien recordó el “tiempo compartido con Alejandro”, su “capacidad para discutir y negociar, para crear, inventar y proponer iniciativas”, y su visión de futuro.

Antes de comenzar este homenaje, Javier Uceda descubrió una placa en memoria de Alejandro Orero como impulsor y primer director de la Cátedra Telefónica Móviles, y en reconocimiento a la deuda que la UPM y la Escuela tendrán siempre con el profesor desaparecido. “La sociedad – afirmó- se compone de los recuerdos” y entre los que él deja, están su sonrisa “socarrona e irónica” y su ilusión por las tecnologías.

Alejandro OreroSe le recordó también con poemas de Auden, “él era mi norte, mi sur…”, y de Jorge Manrique, las coplas a la muerte de su padre, subrayadas por su propia mano; se proyecto la última videoconferencia que impartió; se vieron las imágenes de un álbum con sus últimas fotografías y se escucharon dos de sus piezas musicales preferidas, Wind of Change, de Scorpions, y Stairway to Heaven, de Led Zeppelin.

“En cierto modo, la muerte es un imposible que se vuelve real de repente. Y este paso de una existencia que conocemos a otra de lo que no sabemos absolutamente nada es tan violento, que nunca se produce sin causarnos una profundísima conmoción a quienes nos quedamos atrás” (Goethe)