Manifestaciones sísmicas de un proceso eruptivo en El Hierro
La más joven de las islas Canarias, la Isla de El Hierro, con una antigüedad inferior a los 2 millones de años, ha podido entrar en erupción después de un largo letargo.
11.10.11
Julio Mezcua, antiguo profesor de la ETSI Ingenieros de Minas, y Juan Rueda, profesor de la ETSI en Topografía, Geodesia y Cartografía, dos Escuelas de la Universidad Politécnica de Madrid, analizan este proceso eruptivo en la isla de El Hierro.
“La más joven de las islas Canarias, con una antigüedad inferior a los 2 Millones de años ha podido entrar en erupción. Después de un largo periodo de letargo (la anterior erupción de la que se tiene noticia en esta isla es de los meses de mayo a junio de 1793, en el volcán Lomo Negro situado al NO de El Golfo), en la Isla de El Hierro se han comenzado a producir manifestaciones sísmicas y de otra naturaleza, como abombamiento de la superficie, que podrían indicar la inminencia de una erupción. Sin embargo, hasta que la erupción no es visible por el hombre, tendremos que aprender como la tierra manda señales que nos pueden indicar que un proceso eruptivo ha comenzado.
Sin ninguna duda, la tierra empieza a manifestar su necesidad de producir una erupción volcánica cuando, por procesos no muy bien conocidos, comienza a ascender un material en estado de fusión hacia la superficie. Este proceso provoca roturas de los materiales más o menos rígidos que encuentra en su ascenso. Como es conocido, las roturas no son más que terremotos, que por lo tanto generan ondas y estas ondas se propagan hasta la superficie. Si, como ha sido el caso de El Hierro, existe una red sísmica de gran amplificación, pequeñas señales no percibidas por el hombre, pero registradas en los instrumentos, empiezan a decirnos que se están produciendo sismos que de alguna forma reflejan el estado de esfuerzos reinante en el interior, bajo la isla o en sus alrededores.
Así, a partir del 8 de junio de 2011, comienza una serie de sismos ocurridos en la isla de El Hierro y sus proximidades que, aunque de baja magnitud (alrededor a 1,5 en la escala de Richter), empiezan a crecer en número y con epicentro sobre la isla en su parte más occidental, formando una línea en dirección más o menos N-S y con profundidades entre los 10-15 km. La distribución de los epicentros ha seguido esta alineación con una migración hacia el Sur que acaba por introducirse en el mar, donde ahora se comienzan a vislumbrar otras manifestaciones sísmicas que explicaremos a continuación. Estos sismos, en una primera fase, son tales que las ondas registradas muestran un contenido de muy alta frecuencia. Se les suele denominar entonces terremotos tectónicos. Ocurren en enjambres y la razón última de su ocurrencia es la manifestación de que el magma intenta subir a la superficie, buscando zonas de menor presión. En este ascenso, cuando el proceso eruptivo está ya en marcha, se producen también terremotos con un contenido de baja frecuencia en sus ondas, que son provocados cuando el magma invade los espacios entre rocas, formando lo que se denomina una cámara magmática. Generalmente, estos sismos suelen ser más superficiales, aunque este dato es a veces difícil de precisar ya que las redes sísmicas sobre islas tienen limitaciones intrínsecas a su geometría.
Tremor o ruido volcánico
La red instalada por el Instituto Geográfico Nacional es un instrumento básico para seguir la evolución de este proceso. La siguiente manifestación sísmica de que un proceso eruptivo está produciéndose es la disminución y a veces calma total de actividad sísmica durante periodos que pueden ir de días a semanas. Este punto, en el proceso de El Hierro se ha producido alrededor del 18 de septiembre con un mínimo de actividad total de sismos. Las calmas suelen a veces ser totales antes de la erupción. A este periodo de muy baja actividad le sigue una manifestación producida por el incremento de la presión de los gases y la reacción del magma caliente con la presencia de agua, especialmente en erupciones submarinas, que se denomina tremor o ruido volcánico, que es el preludio final del proceso eruptivo que puede, o no, acabar en erupción. Esta última fase ha comenzado en el proceso eruptivo de El Hierro el día 10 de octubre.
Otro aspecto a considerar en cuanto a la actividad sísmica con origen volcánico es su mecanismo focal, es decir el modelo mecánico responsable de la rotura. El mecanismo focal para sismos de muy baja magnitud es difícil de calcular, sin embargo, el día 8 de octubre se produce un terremoto de magnitud 4,0 (Mw) del cual ha sido posible determinar su mecanismo, que corresponde con una compresión con un eje de tensión casi vertical y su correspondiente presión horizontal.
Proceso submarino
En resumen, en estos momentos se ha llegado en la isla de Hierro a una situación pre eruptiva dentro de este proceso eruptivo, y que por la migración hacia el sur de los epicentros indicaría que este fuese un proceso submarino. Debido a las profundidades superiores a los 500 m de agua en esa parte del mar, resulta casi imposible que si se produjese una erupción ésta se pudiese observar en la superficie. Podemos concluir que el resultado final del proceso eruptivo de la isla de El Hierro podría ser submarino con una pequeña o nula repercusión en cuanto al riesgo a la población, pero que será necesario continuar con una observación detallada a fin de determinar su posible futura evolución.”
Pies de figura:
Figura 1.- Actividad sísmica desde el 19 de julio hasta el 10 de octubre. Puede observarse la migración de los terremotos hacia el sur, donde actualmente se ha iniciado el proceso eruptivo.
Figura 2.- Registro sísmico en la estación de la isla de El Hierro para el día 10 de octubre. Puede observarse algún pequeño terremoto en las primeras horas y el inicio a las 4:17 (UTC) del tremor volcánico como manifestación del comienzo del proceso eruptivo.
Figura 3.- Histograma de la actividad sísmica en la isla de El Hierro.