Deporte por solidaridad

Ana Goicolea, que trabaja en la OTRI, explica su participación en Trailwalker, un desafío deportivo por equipos para luchar contra la pobreza.

13.11.13

Ana Goicolea Ruigomez es una amante de la montaña en todas sus facetas. Ha subido, escalado y practicado esquí de travesía en muchas de ellas. Esta afición le viene desde siempre, pero fue en su época de universitaria cuando se incorporó al grupo de montaña de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Allí coincidió con amigos de toda la vida. Con ellos ha formado el grupo de deportistas solidarios A 100 por Agua. Son Elena Junco Ruiz, José Arturo Reque Kilchenmann, Manuel Olivera Marañón, Mariano Bas Uribe y Pilar Cristina Izquierdo Gracia, esta ultima profesora de la Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica.

La creación del grupo supuso un reto en multitud de aspectos. Hubo que ponerse de acuerdo en infinidad de cosas: la denominación del grupo, el diseño del logo y, principalmente, la forma de recaudar fondos, cuestión esta muy importante. Recibieron apoyo de amigos y familiares. Pero Ana está “especialmente agradecida a sus compañeras del Vicerrectorado de Investigación”.

Ana se incorporó hace 12 años a la plantilla de la UPM. Trabaja en el Vicerrectorado de Investigación, en la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), departamento que gestiona la propiedad industrial e intelectual de la UPM. Asimismo, tiene encomendada la gestión de las Cátedras Universidad-Empresa.

Un día, leyendo la revista que Oxfam Intermón distribuye entres sus asociados, Ana y sus amigos supieron de una prueba denomina Trailwalker, un desafío deportivo por equipos para luchar contra la pobreza.

El desafío consiste en formar un equipo de seis personas, cuatro de ellas recorren a pie 100 kilómetros en un máximo de 32 horas. Deben empezar, caminar y finalizar juntos. Los otros dos integrantes del equipo constituyen el grupo de apoyo y se encargan del avituallamiento de los caminantes en su vertiente material (comida, bebida, ropa de abrigo...), y anímica.

Luchar contra la pobreza y la injusticia en el mundo es el objetivo de la prueba. Por eso, los equipos se comprometen a conseguir donativos que se ingresan directamente en la cuenta de Oxfam Intermón  con el fin de financiar proyectos de cooperación. La inscripción requiere abonar 200 euros por equipo y para poder participar es necesario conseguir al menos 1.500 euros en donativos.

Reto solidario, deportivo y de amistad

Ana y sus amigos decidieron enfrentarse al reto solidario, deportivo y de amistad que conlleva la prueba. A partir de ese momento se desató una batalla de ideas para conseguir los fondos necesarios y poder participar en la tercera edición del Trailwalker , que se iba a celebrar en Girona.

Lo primero que hicieron fue recabar el apoyo de sus familiares, amigos, conocidos y compañeros de trabajo. “La gente fue muy generosa, a pesar de los difíciles momentos que estamos pasando por la crisis económica”, comenta Ana.

Una compañera de la OTRI diseñó el logotipo del equipo: un cuentakilómetros en el que destaca el número 100 y un grifo del que sale agua que riega África. Ana explica la razón del nombre: A 100, porque son los kilómetros de la prueba; por Agua, porque el agua es un elemento imprescindible para el desarrollo de muchos pueblos africanos. Por ejemplo, el de Sahel, donde sus mujeres tienen que recorrer largas distancias para conseguirla.

Y para cumplir con el lema "Anda tú para que no anden ellas”, se pusieron manos a la obra. Coorganizaron una carrera, la Trotada Solidaria por el Canal, que transcurría por el canal de Castilla, en Palencia. Los inscritos pagaban 5 euros por el dorsal, que íntegramente iban a parar a Oxfam Intermón. Fue un completo éxito porque recaudaron 1.500 euros, dinero que les permitió participar en el Trailwalker de Girona, una prueba de gran exigencia física. “Tuvimos que entrenar mucho para poder aguantar el reto”, dice Ana. “La preparación nos llevó varios meses. Aprovechábamos cualquier momento de nuestro tiempo libre para entrenar. Como nos imaginábamos, la carrera fue muy dura, 25 horas seguidas caminando. Hacer el recorrido nos llevó todo el día y toda la noche”.

La ruta senderista diseñada por los organizadores transcurría entre Olot, Girona y Sant Feliu de Guixols. “El camino era muy bonito de día, pero la noche —insiste Ana— fue muy dura. El frío era intenso. Hubo muchas hipotermias y abandonos entre los participantes”.

A 100 por Agua

Afortunadamente, el grupo de A 100 por Agua cumplió sus objetivos: acabar el reto deportivo y recaudar 3.061,93 euros. A partir de ese momento, el cansancio, el frío, los entrenamientos llenos de largas caminatas y carreras para coger forma, el utilizar todo el tiempo libre en la planificación y búsqueda de medios económicos, todos esos obstáculos quedaron superados.

Para Ana, “aunque el reto solidario se consigue solo con participar, cosa altamente satisfactoria por la ayuda que gente necesitada recibe gracias a tu contribución, el terminar, el ser capaz de superar el reto personal y deportivo, te llena de orgullo. ¡Has conseguido  acabar lo que has empezado y lograr lo que te has propuesto!”. El próximo desafío llegará en julio de 2014, cuando se celebre por primera vez en Madrid una nueva edición de Trailwalker, en el valle del Lozoya y la sierra de Guadarrama.