“Tenemos que cambiar nuestros hábitos de consumo y alargar la vida de los productos”

La profesora de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid explica en la siguiente entrevista su experiencia en la valorización de recursos.

03.10.22                                                                                                                                     VIDEO

Ana María Méndez Lázaro es catedrática en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid y tiene una extensa experiencia en el estudio de valorización de recursos. Convencida de la importancia de aportar soluciones a problemas medioambientales, Ana María estudia procesos que transformen residuos en materiales eficientes y sostenibles y como resultado de su investigación ha protegido, entre otros, un método para el reciclado de placas de circuitos impresos.

Ana

Tu actividad de investigación puede enmarcarse en la denominada “minería urbana”, ¿puedes explicarnos en qué consiste y cómo puede ayudar a la sostenibilidad medioambiental?

La minería urbana consiste en aprovechar los recursos materiales que hay en un producto fuera de uso. Puede ayudar a la sostenibilidad medioambiental porque el residuo se transforma en un recurso, contribuyendo de este modo, al suministro de materiales y reduciendo el volumen de residuos que habrá que gestionar. Pero, hoy por hoy, no todos los materiales que hay en un residuo se pueden recuperar, por eso hablamos de residuos. Es necesario investigar y desarrollar tecnologías eficientes y sostenibles que permitan recuperar el mayor número de materiales de los residuos con el menor impacto ambiental y de forma económica.  Los productos se diseñan pensando en su uso, pero no en su reciclaje y esto poco a poco tiene que ir cambiando si queremos pasar de una economía lineal a una economía circular.

¿Puede la reutilización/reciclaje de residuos ser parte de la solución a la falta o escasez de materias primas en algunos sectores industriales? ¿Podrías dar algunos ejemplos?

El aprovechamiento de los recursos que hay en los residuos puede contribuir, pero no es la solución definitiva a la escasez de las materias primas.

Por ejemplo, la descarbonización de la economía y la implantación del vehículo eléctrico, la instalación de nuevos aerogeneradores o mayor número de placas solares necesita materias primas que provienen de la minería porque no hay un volumen suficiente de metales en circulación que se puedan reciclar en un corto plazo. Incluso en el caso de metales como el cobre que la humanidad lleva produciendo durante siglos, aun reciclando anualmente el 100% del cobre de materiales en desuso no se puede hacer frente a la demanda actual y mucho menos a la demanda futura. En el caso del litio, cobalto o níquel necesarios para la fabricación de las baterías de los actuales vehículos eléctricos, es necesario buscar y explotar nuevos yacimientos para obtener estos metales. Dentro de 10 años, habrá un volumen importante de baterías en desuso y de las que se obtendrán materiales gracias al desarrollo de procesos de reciclaje que ya se están empezando a investigar, pero, aun así, aunque se consiguiese recuperar el 100% de los materiales, si la demanda de vehículo eléctrico sigue aumentando, seguirá siendo necesaria la minería para completar la demanda.

Nuestro grupo de investigación no sólo trabaja en el desarrollo de procesos de recuperación de metales de residuos sino también en el desarrollo de procesos que permitan obtener metales de minerales complejos de los que no es fácil obtenerlos y que muchos todavía no se pueden explotar.

Fruto de tu trabajo en la UPM has generado varias patentes, la más reciente es un método para el reciclado de placas de circuitos impresos, ¿para qué se pueden utilizar los elementos reciclados?, ¿pueden tener una “segunda vida”?

Por supuesto que pueden tener una segunda vida. En el caso de los metales que se recuperen de esas placas de circuito impreso, las propiedades del cobre, oro, plata o platínidos, por ejemplo, no va a diferenciarse de las propiedades del metal obtenido a partir de mineral. Los metales no pierden propiedades durante su reciclaje.

Nuestra patente se centra en la reducción de la fracción polimérica y cerámica. La fracción metálica que se obtiene se podría incorporar a una fundición primaria de cobre que trata concentrado mineral de cobre, recuperando el cobre en el cátodo final y los metales preciosos en los barros anódicos.  

En el caso de las fibras cerámicas y los materiales poliméricos que se separan, también se les podría buscar una segunda vida en otras aplicaciones.

Como experta en dar valor a los residuos, ¿crees que la ciudadanía es lo suficientemente consciente del grave problema medioambiental que supone la generación de tanta cantidad de residuos procedentes de los hábitos de consumo? ¿Algún dato o consejo para aumentar la sensibilización sobre este tema?

Yo creo que la sociedad en general cada vez es más consciente del problema que supone la gran generación de residuos. Pero todavía hay muchísimo por hacer, tenemos que cambiar nuestros hábitos de consumo y alargar la vida de los productos. Parece que en los últimos años hay una tendencia en ciertos sectores a fomentar las reparaciones y poco a poco se irá generalizando, más aún con la subida de precios, pero venimos de décadas donde, por ejemplo, era normal que al estropearse una pieza de un electrodoméstico el técnico nos dijese “no vale la pena repararlo”. Esto ha hecho que se generasen ingentes cantidades de residuos. Nos han acostumbrado a esta forma de consumo. En Europa, por ley, desde el año pasado, se obliga a los fabricantes de electrodomésticos a disponer de recambios durante 10 años después de la venta.

Además, hay que tener en cuenta que el residuo no sólo se genera cuando un determinado producto se desecha, sino que al fabricarlo también se consume energía y se genera gran cantidad de residuos con un fuerte impacto ambiental. Muchas veces, debido a que la fabricación se realiza en otras zonas del mundo no lo vemos y somos menos conscientes del grave problema.

Eres catedrática de la UPM; poco más del 16% de los catedráticos de esta universidad sois mujeres, un porcentaje menor del que sería esperable de acuerdo con los datos desagregados por género en las etapas profesionales universitarias anteriores. ¿Crees que visibilizar el trabajo de las investigadoras UPM puede ayudar a mejorar la brecha de género que existe en las ingenierías?

Todo lo que sea visibilizar nuestro trabajo mostrando su importancia y su contribución a la sociedad, creo que puede contribuir a que más mujeres se decanten por estudios de ingeniería.

En el caso concreto de las materias que imparto y en las que investigo, como son la metalurgia extractiva y el reciclaje de metales, en el último año la sociedad ha empezado a ser más consciente de la necesidad de las materias primas y de cómo influyen en nuestro día a día y en nuestra economía. Espero que esto se traduzca en un mayor número de alumnas en el aula en los próximos años ya que venimos de años con escasa demanda. Ahora se trata de un sector en auge. Actualmente, no podemos cubrir muchas de las ofertas de prácticas de empresa en este sector y en los próximos años la demanda será aún mayor.

Como investigadora, participo en actividades de fomento de las vocaciones científicas especialmente dirigidas a mujeres, por ejemplo, el proyecto Stem Talent Girl. Este año, en la sede de Ávila, he impartido una masterclass a alumnas de la ESO, sobre la importancia del reciclaje y cómo obtener metales de forma sostenible. Creo que estas iniciativas ayudan a aumentar la presencia de referentes profesionales femeninos en las áreas científico-técnicas.

ana

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