Vivimos en una emergencia climática que afecta a los puertos

Investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid evalúan el impacto del cambio climático en los puertos del Mediterráneo español a nivel estructural, social y económico.

19.12.22

Los sucesos extremos son cada vez más frecuentes y de mayor intensidad: la tormenta Gloria de enero de 2020 en el levante español; las nevadas de Filomena en enero de 2021 en el centro peninsular y el caluroso y de récord verano de 2022 constituyen algunos ejemplos. Esto unido a la pertinaz sequía, las lluvias relámpago, las tormentas, hace que el planteamiento científico de la emergencia que vive el planeta sea con respeto, sostenibilidad y enmarcado dentro de la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, sobre todo, la Acción por el Clima (ODS 13) y la Vida Submarina (ODS 14) objeto de análisis y reflexión.

Los puertos, intercambiadores modales, creadores de riqueza y barreras al transporte sedimentario también sufren tanto en su estabilidad estructural como en su funcionalidad y rebase. Su evaluación debe plantearse también a nivel de creadores de riqueza y focos de economía, además de un patrimonio cultural, industrial y artístico cuya mirada puede ser la activación del turismo. Su impacto debe ser evaluado.

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Por ello, investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid estudian el impacto del cambio climático en los puertos del Mediterráneo español a nivel estructural, social y económico.

Adaptación al cambio climático de la costa Mediterránea española

El cambio climático ha dado lugar a un aumento del nivel del mar y de los temporales extremos, tanto en frecuencia como en intensidad. Una de las zonas más afectadas por estos fenómenos climáticos es el Mediterráneo español. Los grandes temporales están provocando la erosión de sus playas, inundaciones en sus ciudades costeras, afecciones estructurales y grandes pérdidas económicas.

Los puertos son unos de los grandes afectados. Sin embargo, la gran mayoría de la literatura científica se centra en el estudio de inundaciones de las ciudades costeras o en la erosión de las playas, pero no en los puertos. Además, la zona del Levante español es una de las áreas donde más falta de estudios hay. La gran mayoría de los análisis del Mediterráneo español se centran en zonas muy concretas como el delta del Ebro o el Maresme de la costa catalana, pero hay muchas áreas de la costa levantina sin estudios. Además, la gran mayoría de los proyectos abarcan los puertos grandes porque son los de mayor interés económico. Sin embargo, los puertos que se verán más afectados por el cambio climático van a ser los puertos pequeños, ya que, al tener una menor profundidad, un pequeño aumento del nivel del mar supone un gran incremento relativo de la lámina de agua, afectando a los patrones de refracción y difracción, así como a la rotura, claves para el buen funcionamiento de cualquier obra de defensa.

A todo esto, hay que sumarle la complejidad de los sistemas portuarios. El funcionamiento de un puerto implica la coordinación de muchos agentes y para que opere de forma eficaz se necesita de una buena comunicación entre todos ellos. Esta necesidad de optimizar las relaciones entre los agentes portuarios todavía toma más relevancia en el contexto del cambio climático. Por todo ello, urge estudiar la optimización de las relaciones de los agentes portuarios, la afección de los puertos pesqueros, náutico – recreativos, deportivos frente a cambios en el nivel del mar y los temporales extremos y realizar estudios científicos en todas aquellas zonas del Mediterráneo español donde haya una falta de ellos.

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Además, los puertos son espacios clave en las poblaciones costeras. No sólo son cruciales para las cadenas logísticas y el transporte de mercancías a nivel nacional e internacional, sino que también son esenciales en la economía y la población de sus ciudades. En torno a los puertos se generan espacios de gran valor social, ambiental, de vertebración urbana y ecológico. Muchas ciudades costeras han aprovechado la zona portuaria “puerto” para desarrollar mercadillos, bares, discotecas e incluso parques de atracciones para niños. Los puertos concentran muchas actividades, que generan mucho valor, además solo pueden estar en la costa. Crean empleo y contribuyen al PIB de las ciudades costeras, promoviendo la urbanización y la industrialización.