“Muchas veces los agricultores no son conscientes del patrimonio genético que hay con los olivos”

Carlos González Marcos, estudiante del Grado en Ingeniería Agrícola en la ETSIAAB, es uno de jóvenes seleccionados por Bayer en un certamen internacional sobre innovación sostenible en agricultura.

14.02.2022

Es uno de los cien seleccionados por la multinacional Bayer en la última edición de su certamen Youth Ag Summit, que busca ideas entre jóvenes de todo el mundo sobre cómo alimentar de forma sostenible a una población creciente. Carlos González Marcos, alumno de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), obtuvo su plaza con una propuesta para recuperar variedades endémicas de olivo. En realidad, el proyecto ya le rondaba la cabeza antes de empezar el curso pasado el Grado en Ingeniería Agrícola en la  Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB). Junto al resto de los participantes, procedentes de 44 países (solo otros dos son españoles), está recibiendo un programa virtual de formación para desarrollar su idea y llevarla a la práctica. A mediados de marzo, sabrá si es uno de los diez ganadores.

Pregunta.- ¿En qué consiste tu propuesta?
Respuesta.- El proyecto lo he llamado Bioliversity y tiene como dos partes. En primer lugar, investigar las variedades endémicas de olivo de Arribes del Duero; hay muchas especies que se dejaron de cultivar, que no se encuentran en viveros y que probablemente podrían desaparecer. Y, luego, una parte que ya es más negocio, que es comercializar las variedades endémicas; encontrarlas, multiplicarlas y dar acceso a los agricultores de la zona a esas variedades.

P.- ¿Y cuál fue la razón por la que se dejaron de cultivar?
R.- Bueno, por un lado, los agricultores muchas veces no son conscientes del patrimonio genético que hay con los olivos, de la biodiversidad que existe. Como en los años ochenta la picual, la cornicabra, las variedades mayoritarias, eran las que se vendían en los viveros, a menudo en los nuevos cultivos ya no se plantaban las variedades endémicas, que se fueron perdiendo. Luego, es cierto que [con estas variedades] muchas veces era más difícil de recoger [la aceituna] o de multiplicar [los olivos] por estaca [reproducción a partir de una rama que se enraíza]. Han sido muchos los motivos, pero creo que el lado positivo de recuperarlas es que, por un lado, puede diferenciar al agricultor respecto a los otros, porque los aceites de estas variedades endémicas tienen sabores distintos, puede hacer mezclas que nadie más va a tener; y, por otro lado, son plantas muy adaptadas al entorno, al clima y a las precipitaciones [relativamente escasas en la zona].

P.- ¿Por qué te fijaste en las variedades de esa zona en concreto?
R.- Veraneo en un pueblo que se llama Hinojosa [de Duero, provincia de Salamanca], en los Arribes del Duero. Allí tengo una parcela que estaba abandonada y me dije: “aquí hace falta un olivar”. Y al empezar a investigar qué variedad poner fue cuando me di cuenta de que había muchísimas variedades de olivo, que había una riqueza enorme. De hecho, buscando una que es propia de allí, que se llama zorzal de los Arribes, me dijeron que había una sinonimia [más de un nombre para la misma variedad] en Portugal llamada madural; cuando la consigo buscando por pueblos de Portugal, la mando a analizar al Banco de Germoplasma [Mundial de Olivo, en Córdoba] y me dicen que es una nueva variedad, que no es zorzal ni ninguna otra, y ahora están investigando esa variedad, analizándola genéticamente para clasificarla.

P.- ¿Cuáles serán tus siguientes pasos?
R.- Ahora estoy intentando, como parte del estudio de estas variedades, plantarlas en campo, tanto las endémicas como las comerciales y poder compararlas. Entonces, me gustaría aprender cómo medir esos parámetros, la producción, el peso en poda, cuándo es la floración, los cosas que sean de utilidad a los agricultores de la zona, algunos de los cuales ya han mostrado interés. Crear un vivero en el que se multiplicarán todas estas plantas. También quiero seguir investigando las variedades que aún no se conocen; ya tengo otras dos que creo que no están registradas en el Banco de Germoplasma y me gustaría enviarlas. Y, bueno, este año pienso poner 800 olivos [en la finca familiar] para empezar a ver cómo es el aceite y si tienen un nicho comercial.

P.- ¿Y ya sabes hacia dónde quieres, una vez que acabes los estudios, enfocar tu carrera profesional?
R.- Realmente no estoy seguro. Quiero continuar esta línea de investigación, pero, si me voy de Erasmus [programa europeo de movilidad estudiantil] o descubro otra área que me encanta, tal vez termine trabajando de algo que no tiene nada que ver.