Aluche, Barrio de Salamanca o Tres Cantos perdieron espacios verdes respecto a su diseño inicial

Es el resultado de un estudio desarrollado en la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM que toma como modelo tres espacios verdes de Madrid para evaluar la presión de la construcción y de la movilidad sobre los espacios verdes urbanos. En ninguno de los tres casos estudiados se respetó la planificación prevista para su desarrollo.

10.11.2020

Con el 70% de la población mundial viviendo en ciudades, la existencia de un sistema adecuado y funcional de espacios verdes urbanos se demuestra cada día más importante para la salud psíquica y física de los ciudadanos de cualquier edad y condición, algo que en los últimos meses se ha puesto aún más de manifiesto si cabe con la situación generada por la crisis sanitaria del COVID-19. Pero, ¿se tienen en cuenta esas necesidades a la hora de planificar las grandes urbes? Un equipo de investigadores de la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) lo ha analizado tomando como muestra el caso de tres áreas urbanas típicamente residenciales  de la Comunidad de Madrid.

Los tres casos analizados demostraron que, pese a una planificación inicial adecuada o incluso muy favorable del sistema de espacios verdes no fue finalmente respetada, desvirtuándose mucho el proyecto urbano, siendo la presión constructiva, el factor que más influencia ha tenido a la hora de no respetar dichos planes.

“La extensión de la construcción debido al incremento de población y la presión a la que se someten los espacios urbanos como consecuencia de esa expansión urbanística son los principales factores que afectan negativamente a la construcción de zonas verdes”, explica María Jesus Garcia García, investigadora del Grupo de Observación de la Tierra para la Dinámica Cuantitativa de la Biosfera (QuBiDy) de la UPM y una de las coautoras de este trabajo.

Hasta tal punto la consolidación de la construcción en los espacios urbanos afecta a la presencia de zonas verdes que los investigadores han constatado una dramática caída en los espacios verdes per capitá en las ciudades que tienen una mayor densidad de población, un fenómeno que ya se estaba observando en las ciudades asiáticas y que se constata también en las zonas mediterráneas.
Salamanca, Aluche y Tres Cantos, algunas de las zonas perjudicadas.

En concreto, los investigadores analizaron la planificación urbana correspondientes a tres zonas residenciales del área metropolitana de Madrid construidas a lo largo del pasado siglo. En el primer plan, datado en 1860 se establecía el primer ensanche de Madrid, el plan de ordenación urbana del actual barrio de Salamanca. El segundo plan, fechado en 1964, proyectaba el desarrollo del barrio de Aluche, uno de los primeros planes parciales de desarrollo de la ciudad. El tercer proyecto analizado por los investigadores corresponde a la ciudad de Tres Cantos, proyectada como una ciudad que aliviase el déficit de viviendas disponibles en Madrid ante el éxodo de población desde las zonas rurales. Los planos datan de 1970.

En ninguno de los tres casos analizados, el proyecto final se correspondía con la proyección inicial en lo que a los espacios verdes se refiere. “En los tres proyectos encontramos un denominador común pese a establecerse en diferentes momentos en el tiempo y coincidir con diferentes situaciones políticas y económicas: tras su aprobación, ninguno de ellos fue llevado a la práctica tal y como se proponía”, explica la investigadora de la UPM.

Aluche y Salamanca, afectados por la presión edificatoria

En los casos de Aluche y del barrio de Salamanca, las alteraciones respecto al plan inicial se debieron sobre todo  a las presiones generadas por la necesidad de espacios para ampliar la construcción de viviendas y por la falta de previsión respecto a las necesidades de movilidad. “Las carreteras y los aparcamientos ganaron mucho espacio a las zonas verdes, del mismo modo que lo hizo la construcción”, explica García-García. En el caso de Aluche, la situación fue aún más complicada, ya que al establecerse un plan parcial por barrios, muchas áreas verdes quedaron dentro de urbanizaciones residenciales que actuaron de manera independiente en cuanto a su uso.

Por su parte, el proyecto de construcción de Tres Cantos se vio afectado por una gran crisis económica, pero pese a ello, las zonas verdes proyectadas se respetaron en su mayoría. “Ello responde sobre todo al hecho de que buena parte de las zonas verdes de esta ciudad periférica a Madrid se basaban en la ampliación o ligera modificación de espacios verdes ya existentes, como la zona de Viñuelas y las áreas de transición con el Monte del Pardo”, añade la investigadora de la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM.

Para los investigadores este trabajo,  que ha sido publicado en la revista Cities, no solo demuestra que las áreas verdes son las grandes afectadas ante las presiones urbanísticas sino que también da algunas claves para evitar que sus alteraciones o para reducir su magnitud.

“En base a los proyectos analizados podemos constatar la importancia de que la planificación de los espacios verdes en las grandes urbes se apoye en los usos públicos que se van a hacer de ellos, y en caso de ser posible, en elementos ya existentes como pequeñas zonas verdes, ríos o áreas boscosas que impidan una amplia modificación de la planificación inicial de la zona verde proyectada”,  concluye.

Maria Jesus Garcia-Garcia, Lucille Christien, Enrique García-Escalona, Concepción González-García, Sensitivity of green spaces to the process of urban planning. Three case studies of Madrid (Spain), Cities, Volume 100, 2020, 102655, ISSN 0264-2751, https://doi.org/10.1016/j.cities.2020.102655.