[25/05/2021] Seminarios UPM: Ciudades saludables: exploramos modelos urbanos que mejoren la salud humana y mitiguen el cambio climático

Caren Camiscia & Valentina Oquendo


El pasado 25 de mayo tuvo lugar la edición número 22 del programa Seminarios UPM: Tecnología e Innovación para los ODS en el marco del ciclo “Ciudades saludables y limpias”, la tercera organizada por las Comunidades de Investigación de la UPM. El objetivo ha sido abordar de manera integral, a través de la participación de expertos y expertas, las diferentes dimensiones que contribuyen a la mejora de la salud urbana.

El Vicerrector Adjunto de Investigación, Innovación y Doctorado de la UPM, Juan Manuel Muñoz Guijosa, dio la bienvenida al Seminario e hizo extensivo el agradecimiento a los y las integrantes de las comunidades “Transición hacia una Universidad Libre de Emisiones” (TULE UPM), UPM HealthTech, UPM Big Science y Colaboratorio para la Descarbonización, que participaron  en la sesión.

 

La hoja de ruta de neutralidad climática en 2050 de la ciudad de Madrid

La mejora de la salud urbana implica realizar un abordaje holístico con transformaciones en múltiples sectores. Madrid, ya tiene una hoja de ruta hacia la neutralidad climática que guiará el camino para alcanzar estas mejoras de aquí a 2050, situando a la ciudad entre aquellas que tienen un decidido compromiso con la descarbonización.

Luis Tejero, Técnico del Departamento de Cambio Climático del Ayuntamiento de Madrid, presentó los principales lineamientos de la hoja de ruta. Este será el instrumento básico que guiará las políticas de cambio climático en la ciudad y desde el cual se estructuran las acciones climáticas locales. Su objetivo es alcanzar una reducción del 65% de las emisiones de gases de efecto invernadero, respecto a 1990, superando la ambición europea en 10 puntos. Se trata de un proceso que no puede realizarse sólo a través de  transformaciones  tecnológicas, sino que requerirá de una transformación más profunda relacionada con aspectos sociales, sanitarios y económicos. Será necesario integrar a las políticas de resiliencia y adaptación al cambio climático, cuestiones de empleo, inclusión y equidad. Además, estas políticas de acción climática requieren de transversalidad, colaboración y seguimiento. En el caso de la ciudad de Madrid, esto se está logrando a través de la creación del Grupo Clima dentro del ayuntamiento y del trabajo en plataforma, junto a algunos socios estratégicos, como la UPM.  

Carolyn Daher, Coordinadora de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud del  Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), introdujo el concepto de salud esbozado por la OMS “es el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de afecciones y enfermedades”. Esta definición obliga a tener una perspectiva integral y entender que los determinantes de salud, en su mayoría, dependen de los contextos sociales, económicos y ambientales. Destacó dos mensajes, por un lado, que los impulsores de la salud en las ciudades provienen de fuera del sistema sanitario, y por otro, que los y las profesionales de la ingeniería, el diseño, la arquitectura, el urbanismo y el transporte tienen una oportunidad crítica para promover y proteger la salud. Estas premisas requieren de un cambio de paradigma, y para alcanzarlo será necesario trabajar desde un enfoque multiactor y en los múltiples niveles de gobierno conjunta y simultáneamente. Resultará  imposible resolver los retos de la salud contando únicamente con el sector sanitario.

 

El papel de las  infraestructuras verdes y  el confort urbano para la mejora de la salud

La profesora de la ETSAM, Secretaria Académica del Dpto. de Construcción y Tecnologías Arquitectónicas y Coordinadora de la Comunidad de Investigación TULE UPM, Francesca Olivieri, realizó una aproximación al  confort urbano definiéndolo como “la percepción que las personas tienen cuando usan y disfrutan del espacio urbano”. Este concepto está ligado a la percepción positiva del espacio o a un cierto grado de satisfacción relacionado con la calidad de vida. Dentro los diferentes aspectos que lo conforman se encuentran aquellos que son de carácter sensorial, por ejemplo, la sensación de calor/frío o la percepción del sonido y otros de carácter formal como la seguridad. En esta línea, el confort térmico urbano debe estudiarse entendiendo cómo el ambiente externo puede o no generar sensaciones de confort relativas a la temperatura.

El clima como condicionante del medio ambiente, la morfología urbana, las propiedades térmicas de los materiales, la ausencia o presencia de vegetación, entre otros, son factores que modifican el confort urbano. La modificación más conocida devenida de este fenómeno es el efecto isla de calor. Este efecto se incrementa cada vez más debido a la sustitución masiva de áreas de vegetación por superficies impermeables. A esto se añaden los problemas causados por el cambio climático, como el incremento de las olas de calor, las sequías, las lluvias torrenciales, que afectan las condiciones de habitabilidad de las ciudades.

Dentro de las posibles estrategias para mejorar el confort se encuentra la planificación de la infraestructura verde urbana. Esta consiste en una red de áreas naturales y seminaturales planificadas de forma estratégica, diseñadas y gestionadas para promover un mayor rango de servicios ecosistémicos. Esta estrategia de adaptación al cambio climático tiene que ir de la mano con las de mitigación dado que se complementan.

Sonia Roig, profesora de la ETSI Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM, Coordinadora de Programa de Doctorado e integrante de la Comunidad de Investigación TULE destacó la importancia de la planificación, gestión y mantenimiento de las mencionadas infraestructuras verdes urbanas. Sostuvo que la vegetación es una de las principales herramientas que tenemos frente a la lucha contra el cambio climático y que su gestión es una herramienta muy potente para conseguir servicios ecosistémicos necesarios para la vida (de aprovisionamiento, regulación, sociales y culturales).


Contaminación acústica, paisajes sonoros y ruido en la ciudad.

María Ángeles Navacerrada, Profesora Titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid de la UPM e integrante de la Comunidad de Investigación TULE, sostuvo que al igual que los ciudadanos buscamos zonas verdes, el ruido en nuestras ciudades nos empuja a zonas tranquilas urbanas. Hay evidencias biológicas que indican que disponer de un paisaje sonoro agradable en las zonas urbanas contribuye a disminuir el estrés diario. Es posible crear islas sonoras en la ciudad, y es muy importante tenerlo en cuenta desde el principio en los criterios de diseño de los espacios públicos urbanos.

Podemos conseguir que las ciudades sean lugares acústicamente más agradables donde el ruido no enmascare el resto de sonidos, y para esto, la colaboración entre administraciones y la participación de la ciudadanía son imprescindibles. La lucha contra el ruido es una acción individual y colectiva, y precisa de la concienciación y colaboración ciudadana, así como de una implicación decidida y eficaz de las administraciones.

Guillermo de Arcas, Direc. del Grupo de Investigación en Instrumentación y Acústica Aplicada, Coordinador del Máster de Ingeniería Acústica de la UPM, añadió que el ruido es uno de los contaminantes más perjudiciales para la salud. La OMS ha clasificado el ruido del tráfico como el segundo factor ambiental que más problemas de salud produce en Europa Occidental, generando efectos cardiovasculares y metabólicos, reduciendo el rendimiento cognitivo e hiperactividad en los niños, y contribuyendo a la pérdida de capacidad auditiva, así como a graves molestias y trastornos del sueño.

La Comisión Europea viene trabajando desde hace más de 20 años para disminuir la exposición al ruido de la población. Se están haciendo esfuerzos para que los vehículos, los aviones o las máquinas sean cada vez menos ruidosos imponiendo límites más restrictivos, lo cual obliga a los fabricantes a ser más innovadores y conscientes de la importancia que tiene el impacto acústico de sus productos. Este mensaje ha empezado a calar tanto del lado de la oferta como de la demanda y se empiezan a ver cambios en los hábitos de consumo asociados al etiquetado acústico. Esto debe estar acompañado de la inclusión por parte de las administraciones de criterios acústicos en las licitaciones que impliquen uso de maquinaria más silenciosa o planes de acción contra el ruido.

 

Los efectos de la contaminación del aire para la salud

Rafael Borge, Profesor Titular de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la UPM y miembro de la Comunidad de Investigación UPM Health Tech, sostuvo que la contaminación atmosférica es reconocida como una de las grandes disfunciones de los núcleos urbanos. La OMS estima que aproximadamente hay 8 millones de muertes prematuras al año, además, la misma entidad comprueba que 9 de cada 10 ciudadanos están sometidos a niveles excesivamente altos de contaminación del aire. Si bien esto es muy preocupante, también es una una oportunidad en las ciudades, dado que hay emisiones de muy diversas fuentes concentradas pero también lo está la población por lo que si resolvemos el problema en entornos urbanos resolveremos una gran parte de él, no sólo en términos de calidad del aire y salud sino aportando a la descarbonización.

Mikel Ogueta, Investigador del Inst. Univ. Microgravedad Ignacio Da Riva e integrante de la Comunidad de Investigación UPM Big Science agregó que los árboles son un sumidero de contaminantes pero también pueden agudizar uno de los efectos de los fenómenos aerodinámicos que se dan en la ciudad: el viento. Si las configuraciones urbanas están bien planificadas el viento ayuda a que los contaminantes se dispersen y se atenúa de alguna forma su concentración, por lo que los árboles pueden parcialmente frenar o limitar la capacidad del viento.

 


Tecnología sanitaria y determinantes de la salud en la ciudad

Enrique Gómez Aguilera, Catedrático de la UPM, Direc. del Depto. de Tecnología Fotónica y Bioingeniería de la ETSIT y del Grupo de Bioingeniería y Telemedicina de la UPM e integrante del equipo coordinador de la Comunidad de Investigación UPM Health Tech, destacó el papel de la  ingeniería biomédica en la búsqueda de  mejorar el diagnóstico, tratamiento, cuidado de pacientes y prevención de enfermedades. Además, destacó el rol de la telemedicina la cual está integrada dentro de una necesidad que es la transformación digital de la sanidad, desde lo tecnológico y lo cultural.
Asimismo, hizo mención a los determinantes de la salud, entre ellos destacó los hábitos de vida saludable y el entorno medioambiental, el lugar donde vivimos, la calidad del aire, el ruido y la posibilidad de acceder a zonas verdes y realizar ejercicio. Si existe una mala calidad de vida urbana hay mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, respiratorias, depresión, problemas de psicosis, etc., y si a esto se añade problemas de soledad, la situación empeora. Es necesario fomentar el desarrollo de mejores entornos de socialización. Para todo esto las tecnologías sanitarias y la telemedicina domiciliaria son fundamentales ya que permiten implementar intervenciones para la mejora de la salud, calidad de vida y reducir riesgos asociados al lugar donde vivimos.